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El efecto frankestein y la prueba superada

Reconozco que el título del post está muy cogido por los pelos, ahora entiendo por qué siempre suspendí lengua en el instituto y de paso, por qué ahora odio a Fernando Savater.

Decía en el último post, que para no caer en los mismos errores había que hacer las cosas de manera diferente. Parece una perogrullada (de hecho lo es) pero no me canso de verlo a mi alrededor a diario. En mis hábitos de corredor concretos, he decidido cambiar de estilo de zapatillas, usar plantillas y hasta nuevo aviso, no entrenar dos días seguidos. Realmente yo sólo he decidido cambiar de zapatillas y de entrenos, lo de las plantillas ha sido cosa de mi médico.

Desde que corro de manera  habitual (poco más de dos años) siempre corrí con zapatillas ligeras, con muy poco drop (diferencia de altura entre el talón y el antepié) y de tacto muy duro. Yo soy así, me gusta el radicalismo. No me fue mal, al menos hasta que la tibia dijo basta, aunque sabemos que eso fue por otras razones…

En cualquier caso, tocaba buscar zapatillas ligeritas (me niego a ir lastrado), neutras (voy a usarla con plantillas) y de tacto blando. También me apetecía cambiar de marca, tras un periplo con Asics / Mizuno / Adidas.

La elección fue esta:

Nike Lunaracer 2 +

Nike Lunaracer 2 +

La “review” de la zapatilla la dejo para otro post, pero las sensaciones son radicalmente diferente a todo lo que he llevado hasta ahora, no necesariamente peor, pero si muy distinto.

 – El hecho de ir mas blando (mucho más blando) tiene dos grandes diferencias. La sensación de pisada es mucho mas artificial, no “lees” la carretera como con unas voladoras puras, es como ir encima de un bote de blandyblú y seguramente sea menos “efectivo” que ir sobre duras, pero a mi nivel y distancias, eso será menos que despreciable.

– El ir mucho más alto (el doble de suela que las Adizero pro + la plantilla) acrecienta la sensación de suavidad y añade una dificultad extra de estabilidad.

Para no cansar… me he caído corriendo por primera vez desde que soy adulto (aunque no todo el mundo esté deacuerdo con esta afirmación) y he estado al borde del arrastre en otras tantas ocasiones. Tengo que ir más atento, no hay duda. No sé cuánto de culpa tienen las zapatillas, cuánto las plantillas y cuanto el ritmo cansino al que me estoy ejercitando últimamente, pero lo cierto es que ya he agujereado las dos zapatillas por el “accidente” y he tenido que tirar un pantalón a la basura.

La prueba superada ocurrió este domingo, en la quedada runera para acompañar a Manuel Robaina en su tirada larga previa al Maratón de Dublín. Pasé con éxito un examen que realmente me preocupaba, rodar durante más de una hora sin llenarme de ampollas, sin que me duela la pierna y por supuesto, sin caerme.

Arriba: Manuel, Luisa, Pancho, Fran, Armando, Coque y Oscar
Abajo: Gonzalo, yo, Álvaro y Quique

Por fin pude conocer a Álvaro, que se me escapó en la carrera África Vive y pasar la mejor mañana de domingo posible con todos estos cracks. Para recordar tambien el día en el que Pancho no sale bien en una foto y la cara del amigo José Lobillo al ver al pelotón de chalaos éstos venir de frente en la zona mas estrecha de la avenida marítima. De la camiseta de Gonzalo no digo nada.

El Garmin Connect me ha recordado que esta mini-tirada con amiguetes de 16Km, ha sido mi tirada más larga desde que tengo el GPS. Vamos, que desde la Media Maratón de Gran Canaria, no había pasado de 10 kms corridos seguidos. Nueve meses largos sin poder engranar entrenos durante varias semanas consecutivas. No pasa nada, cualquier tiempo pasado fue anterior.

La segunda parte del post del gimnasio para fondistas, la tengo en el horno, pero no consiguo encenderlo… Cabe la posibilidad de que quede en el limbo de los post nunca escritos, como la crónica de Quique o esas entradazas que escribimos mentalmente cuando entrenamos y nos la olvidamos al entrar por la puerta de casa…

Septiembre

Septiembre es un mes como cualquier otro, o quizá no.

Para los estudiantes suele ser un mes odioso, significa el final de su verano y el inicio del año lectivo, justo lo contrario de lo que piensan sus padres. Aumenta el tráfico en la ciudad, las playas empiezan a vaciarse, vienen las mareas del Pino, la subida a Teror, la fiesta del charco… A mí siempre me ha parecido que septiembre es el mes ideal para tomarse unas vacaciones, poca gente, buen tiempo, mejores precios que agosto… Luego recordé que era autónomo.

Si septiembre es el mes de la vuelta al cole, el de este año se ha convertido para mí en el mes de volver a correr. Dos meses era el tiempo previsto sin correr en éste último paro forzado y aunque se cumplieron a mitad de agosto, decidí alargarlo otros quince días, porsiaca…

En lo que a correr se refiere, el primer objetivo de estos meses fue no subir de peso aunque no por rendimiento ni por estética. La idea de empezar a entrenar poco a poco y sin forzar tras una fractura de estrés es incompatible con hacerlo con más peso que antes. Lo más ligero que he estado corriendo es sobre 68-69 kilos y ahora estoy en 71. Justo antes del parón pesaba 72, así que…

 

Otro objetivo fue fortalecerme muscularmente. Mucha carrera, los kilómetros y algo de dieta me dejaron más flojo de la cuenta. Fortalecer pantorrillas (gemelos, sóleos, tibiales y peroneos) era primordial para esta lesión. Algunas horas de gimnasio más tarde, parece que todo sigue en su sitio.

 

 

El tercer objetivo era no perder demasiado fondo así que bici estática y simulador de escalones me han acompañado estos dos meses. El hacer ejercicio aeróbico sin que te de el aire te hace sudar más de lo normal y además, en mi caso particular me aburre enormemente. Es tedioso aguantar más de 30 minutos pedaleando o en la elíptica, y lo es con música, con TV o incluso de charla con amiguetes. En acumulado habré visto unas 12 veces el España – USA de baloncesto en Teledeporte (y las que nos quedan). Otra cosa de dificultad suprema, es subirme las pulsaciones en esos ejercicios. Cuando uno corre, a poco que apriete los machos se pone fácil a 160-170 pulsaciones y con cierta capacidad de mantener esa zona cardíaca. En la bici o sucedáneos me resultaba imposible hacerlo, luego salieron sesiones de 25-35 minutos a 140-150 pulsaciones medias en mi verano particular. Imposible mejorar fondo de esta manera y complicado no perderlo, pero sirvió a su propósito de no dejar al corazón dormirse durante el parón y quemar alguna caloría. Se ve que eso de no tener a nadie en frente al que adelantar hace difícil aguantar el ritmo vivo.

Llegó septiembre y tenía que empezar a correr. También tenía que hacerlo de forma ligeramente diferente, ya que si no, con toda probabilidad, me volvería a fastidiar la tibia. Total, que hace unos días he estrenado zapatillas y ayer estrené plantillas ortopédicas que me han hecho a medida, según un estudio biomecánico. Los detalles los dejo, por que dan para otro post.

Confieso que me planteé no escribir nada más sobre mi lesión, no quería que ésto acabara pareciéndose al blog del pié de Fabián Roncero (sin acritud) o que me llamárais el pupas a partir de ahora. Pero pudo la vena solidaria, ya sabéis, por si ayuda a alguien que esté en situación parecida (o termina de hundirlo).

Dos semanas, seis salidas a correr. Empezando el primer día con sólo 15 minutos suaves y llegando hasta los 30 minutos, a razón de 5 minutos más cada día. Ayer me probé yendo un poco más rápido y me sentí de nuevo corredor, aunque de esto me di cuenta cuando al llegar a casa estaba más preocupado por los flatos y las ampollas de novato, que por la pierna, que por ahora no rechista… ¡Y que se mantenga así!

Pues si, septiembre puede ser un mes como cualquier otro, aunque espero poder recordarlo con una sonrisa en la cara dentro de unos meses.

Gimnasio para fondistas

Si hay un apartado olvidado en el entrenamiento de la mayoría de los corredores populares, es el trabajo de la fuerza. Y parece bastante lógico si pensamos en cómo nace y sobre todo, en cómo evoluciona el corredor popular. Se empieza a correr por algún motivo (perder peso, hacer vida saludable, ambición deportiva, etc.) con el objetivo inicial de aguantar unos minutos, luego unos minutos más… luego más días a la semana, luego más kilómetros, luego una carrerilla que pasa por delante de casa, luego un 10000, luego nos llama la media maratón, quizá la montaña, y acabamos con la prueba “reina”: El maratón.

Durante este proceso y según el nivel de cada uno, el cuerpo de un atleta sufre cambios fisiológicos importantes. El más conocido es el del corazón -que aumenta su tamaño, con lo que gana capacidad de bombeo y menor ritmo cardíaco- pero también se sufren otros y no todos son positivos. En su afán por ser más resistente y eficiente, el fondista tiende a perder peso, grasa y también masa muscular. El gesto deportivo también se adecúa para gastar menos en recorrer la misma distancia, desconectando terminaciones nerviosas que acaban de esta forma inhabilitando millones de fibras musculares

Pero correr es más que eso, mucho más; Si queremos dar lo mejor de nosotros -y lo que es aún más importante, hacerlo durante más tiempo- hay que planear los entrenamientos. Y entrenar, no es calzarse las zapatillas y salir a correr por la tardecita a echar kilómetros al parque, entrenar es seguir un plan para alcanzar un objetivo. Si no lo tienes, bien, just RUN.

Lo primero que hay que hacer, es desterrar todos los mitos y creencias que tengamos acerca de los gimnasios, las pesas y la hipertrofia en general. No nos vamos a poner como Arnold ni aún queriendo y tampoco hay que ir corriendo a comprarse bañadores marca-paquetes para lucir palmito en la playa (aunque yo los llevo ¿qué pasa?). Esto es aún más evidente en las chicas y su legendario miedo a que le aparezcan músculos donde antes había curvas: desterradlo.

A modo de resumen (científicamente inexacto, sacrílego e incompleto), diremos que básicamente hay dos tipos de fibras musculares -hablando siempre del músculo esquelético-: Las del tipo I y tipo II.

Las tipo I: Usan mucho oxígeno, son muy resistentes a la fatiga, generan poca fuerza y son poco dadas al crecimiento.
Las tipo II: Poco oxígeno consumido, son las menos resistentes a la fatiga y generan gran cantidad de fuerza.

No hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que nos interesa, sobretodo, darle cañita a las fibras tipo I, y como se puede ver es fácil diferenciar el físico de un atleta «con mucha fibra del tipo I» y a otro «con mucha fibra del tipo II». En este punto siempre se comparan fondistas con velocistas, pero puestos a exagerar hagámoslo comparando a fondistas VS culturistas. Si analizamos los músculos de ambos, veríamos como cada uno presenta un desarrollo casi opuesto (exagerando un poco) en sus fibras musculares. Uno (pongamos Kiprotich, que está de moda) presenta hipertrofia miofibrilar (mayor densidad de fibras, aunque «pequeñas» del tipo I) mientras, pongamos Schwarzenegger (¡Jesús!) presenta hipertrofia sarcoplásmica («menos» fibras, pero mucho más grandes). Todo esto muy a grandes rasgos y muy cogido por los pelos, que no se me enfade nadie.

Ejemplo de “fibroso de tipo I”

Fibroso “tipo II” De cuando daba gusto ver a un culturista

Normalmente, ni tendremos la cantidad de fibras “Tipo I” de Kiprotich, ni la calidad de las “Tipo II” de Terminator (tendremos las que nos han tocado por Mamá y Papá) pero no nos engañemos: podemos sacar mucho más partido de las que tenemos y podremos crear nuevas, lo que a día de hoy sigue sin saberse es si se pueden “convertir” de un tipo a otro (variar nuestro porcentaje de fibras del tipo I con respecto a las del tipo II) con resultados poco concluyentes (por contradictorios o por estar realizados sobre grupos de no-atletas).

Hay muchas maneras de entrenar fuerza sin trabajar con pesas: hacer cuestas, series, multisaltos, correr con el paracaidas, jugar con las vallas, etc. Pero no hay ninguna que sea tan específica y tan poco lesiva como el entrenamiento con cargas (no confundir con el entrenamiento lastrado, cosa que afortunadamente, va desapareciendo de las manías de los entrenadores de los años ochenta).

Teniendo más o menos clara la teoría, llegamos a las siguientes conclusiones:

Entrenarnos de manera únicamente aeróbica no nos permite rendir a nuestro 100%.

– El cuerpo, como mera adaptación a correr, elimina “sobrantes” que nos serán necesarios en ciertas fases de la temporada.

– Necesitamos ganar fuerza (en músculos y  tendones) sin ganar peso ni retener líquidos.

– La forma mas rápida, eficiente y menos lesiva de hacerlo es mediante pesas (o resistencias).

– El entrenamiento con pesos, deberá ir encaminado a ejercitar las fibras “tipo I“.

– Sometiendo al cuerpo a cargas controladas, disminuiremos el riesgo de lesión, al tener el sistema musculotendinoso mas fuerte.

-Tendremos una excusa para pasar mil veces por delante de la clase de spinning

Pierde el miedo a las pesas y pisa el gimnasio, especialmente en pretemporada y periodos lejanos a la competición. Cuanto más preparado muscularmente y más músculos implicados en el gesto de correr tengas, tanto más (y mejor) rendirás en entrenos y competiciones.

Escozor

Pues sí, así es como tengo el culo últimamente. No es un bonito juego de palabras para referirme a los recortes del gobierno, ni me ha entrado ninguna alergia veraniega, es algo totalmente físico. Tras un mes de descanso absoluto, las últimas dos semanas he empezado a darle al noble arte del gimnasio, donde uno cambia el sudor del correr al sol y con brisa marina, por la mezcla de olores de perfume barato y sudor de hace tiempo. Este empezar en la vida activa (tampoco me estoy refiriendo a mi situación laboral) me ha traído añoradas sensaciones, como esa que perdemos rápidamente al dejar de correr, escuchar tu propio corazón, incluso sin querer.

Al escozor, si. No me ha pasado nada grave en el gimnasio, alguna agujeta que otra y tampoco he sufrido ningún ataque en los vestuarios. La cosa es que entre las pesas y los sillines, tengo el culo y las palmas de las manos como para hacerme un estudio… Del National Geographic. Me planifiqué un mini-calendario de entrenamiento, que he tenido que ir ajustando a ojímetro según el estado de mis posaderas. Uno ya no puede hacer bici cuando quiere. La elíptica prefiero dejarla para dentro de unas semanas, admito que no me gusta nada ese simulador de correr para nenas, pero es un paso intermedio más que necesario. Espero volver a correr antes de que la hipertrofia acabe con mis manos y, sobretodo, ya sabeis.

¿Qué se hace con un blog llamado hablandodecorrer.com cuando no corres? Podría hablar de cómo, cuánto y dónde corren los demás, pero para eso mejor que lo hagan ellos (¡y tan bien que lo hacen!)

He tenido mis impulsos claro, desde planificar la pre-temporada con sus ciclos y todo hasta borraros a todos de mis FEEDS para que no me deis envidia sana in corpore no sano. Así es uno. También me he perdido la subida a la montaña de Arucas (que es una de mis carreras favoritas aunque no sé muy bien por qué, quizá los recuerdos de las cronoescaladas de Le Tour hace mil años) y me perderé la de Teror, en la que el año pasado subí haciendo la goma todo el rato y acabé pidiendo la hora donde los Donuts. Me apetecía hacerla con el GPS…

Y además veo correr por todas partes, un día me voy a matar por la avenida marítima mientras conduzco mirando por el rabillo del ojo a los corredores, pero se ve que se me va pasando, ya abro el Internet Explorer (sí, soy de explorer, qué pasa) y casi termino de teclear wiggle punto algo, todo un logro a estas alturas.

Entre una tirada larga de domingo o verte la trilogía del murciélago de Nolan no hay color, pero en este caso lo primero, desgraciadamente, no era una opción. Guardadme sitio en Arkham, allá voy.

Carrera Solidaria Las Canteras (Médicos del Mundo)

El 17 de Junio, o lo que es lo mismo, este domingo, se celebra la primera “Carrera Solidaria Las Canteras – Médicos del Mundo” y esta vez, ahí estaremos. Es curioso la cantidad de “primera carrera blabla” que hemos tenido este año, si el año que viene tenemos la mitad, nos podemos dar con un canto en los dientes.

Como casi todas últimamente, la inscripción es de obligatoria presencia en tienda física (Triana, SportZone) y de coste 10€ con camiseta a elegir (toda azul o naranja-marrón) todo un detalle. Un aspecto curioso en esta popular, son las distintas distancias a recorrer: 10 y 6km. La carrera se desarrollará en el paseo de las canteras, que como todo el mundo sabe, mide aproximadamente 3kms, así que para el 10000, habrá que hacer un ida – media vuelta – media vuelta y vuelta… o algo parecido. Como digo, no veo la lógica en hacer 10 km unos y 6 otros. Si la carrera fuera muy larga, pues una carrera menos dura para lo mas vaguetes está bien, pero vamos, no imagino a nadie que haga 6 km corriendo en llano y no sea capaz de hacer 4 más…

En esta ya toca poner alguna carta encima de la mesa, por lo que creo que haré los 5 primeros kilómetros a 4:30 más o menos y luego a lo que pueda pero sin forzar a tope. Ya veremos cómo sale.

Me ha tocado el dorsal 32, así que la cosa anda floja de participación por ahora (¿sólo 32 dorsales vendidos desde el viernes día 8?) esperemos que mejore.

…Y hablando de mejoras, la semana pasada hubo un crescendo a modo de test para comprobar el estado de forma de mi cafetera y de mis piernecillas. La cafetera pasó el examen por los pelos, pero las piernecillas sacaron nota. Nada de dolor, ni previo, ni durante, ni después de los 10km rapiditos por terreno toboganoso.

Durante estas semanas de “interludio” entre el posible fin de la lesión y el inicio del entrenamiento de cara a la siguiente temporada, sigo la misma rutina cada semana: Tres días de carrera (un día entre 6-8kms rápido, otro de 8-12kms despacio y otro de cochino absoluto) Los días entre entrenos de carrera, gimnasio casero (gomas, balón medicinal, abdominales, sentadillas…¿el golf cuenta?) Por ahora, sigo sin mirar tiempos, ni ritmos, ni cargas, ni leches…

La semana pasada me hicieron la gammagrafía, y mañana me darán las pruebas que luego he de llevar a mi médico. Todo parece ir bien, aunque la pierna en el ordenador se veía llena de marcas brillantes…

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