Las recientes elecciones municipales y autonómicas han traído cambios a las dos instituciones públicas -cabildo y ayuntamiento- que tienen poder de decisión en la prueba reina del atletismo canario: el Gran Canaria Maratón. Cuando comencé a escribir este blog en 2011, nunca imaginé tener que hablar de política en él, ni siquiera «de refilón» pero aquí estoy yo -y un puñado de corredores más- preocupados por la carrera y mordiéndonos las uñas mientras intentamos adivinar el futuro.
Ello, yo y el superyó
En las últimas tres ediciones la carrera ha ido a peor. Es el maratón español con mayor número -en relación al total de inscritos- de no presentados (un increíble 19%), lo que puede significar dos cosas: o tenemos muy mala suerte con las lesiones o hay mucha inscripción regalada para aumentar las cifras de inscritos. Si seguimos mirando los números, la decepción y el enfado no hacen sino crecer. Es el CUARTO maratón español en presupuesto (900000€) sólo por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia -ciudades ligeramente más grande que la nuestra- y el -ojo al dato- DUODÉCIMO en número de corredores maratonianos (754, cifra irrisoria comparado con los 15500 de Barcelona o los 11324 de Valencia, con casi el mismo presupuesto). Podría incluir en los números lo ridículo del presupuesto de la página web, una plantilla que cuesta 12€ y cuya puesta en marcha tuvo factura de cinco cifras…
Por supuesto estos números a los que pagan la inscripción y pasan una mañana agradable corriendo por la ciudad le importan bastante poco, pero si tenemos en cuenta que en las tres ediciones anteriores ha faltado algo tan básico como agua en los avituallamientos (afortunadamente no pasó en la edición 2015) muestran una dirección clara -y en mi opinión muy desacertada- de aires elefantiásicos para una prueba que debe sentar sus bases en el corredor de la tierra primero y a partir de ahí, crecer en lo que se pueda desde la humildad y evitar comparaciones -más bien competiciones- absurdas con pruebas que directamente no están al alcance, ni compiten por el mismo target.
Lo que me gustaría ver en el 2016
El Gran Canaria Maratón 2016 debe reiniciarse. Es necesario hacer un «default» y un profundo «formateo» para traer aire fresco a esta prueba. Intentaré resumir en unos cuantos puntos lo que en mi opinión personal son los grandes fallos, lo que sobra y lo que se necesita
- Despolitizar el evento: El Gran Canaria Maratón es la única carrera que conozco -y he participado en unas cuantas- en la que en 9 de cada 10 fotos de la web sale el consejero de deportes de la región. Está científicamente comprobado que se puede llegar a un acuerdo con un patrocinador y no salir en una foto. Si alguien encuentra más de una foto de un político en la web del maratón de Sevilla, de Nueva York o de Laredo que me lo hagan saber, gracias.
- Sobra presupuesto: No todo se arregla metiendo más dinero en la caja. Gran Canaria puede tener un maratón muy digno con la mitad o la tercera parte del presupuesto del último año. No hay que irse muy lejos y ver lo que en Tenerife en su primer año o en Lanzarote desde hace mucho tiempo hacen con cantidades irrisorias de dinero (y además es en su mayoría dinero privado).
- ¿Padrinos? si, pero de casa: ¿De verdad alguien piensa que un inglés va a venir a Gran Canaria a correr un Maratón por que Paula Radcliffe venga a correr durante 30 minutos? Puestos a gastar dinero en deportistas profesionales, mejor destinarlo a nuestros deportistas que literalmente malviven entrenando como animales y con becas de miseria, en lugar de invertirlo en estrellas millonarias en declive. Y por supuesto: entre invertir un euro en una figura de élite o que haya un euro más de isotónica para el último clasificado, lo segundo SIEMPRE.
- Comunicación: Que un periódico diga todos los fines de semana en dos páginas completas interiores lo bien que va todo y que repita el nombre del Consejero de Deportes siete veces por párrafos no aporta NADA ni a los corredores ni a los que se interesan por la prueba.
- Promoción exterior: No soy un experto en marketing, pero diría que el target de corredor que hace turismo para correr maratones, se fía más de una página web que no parezca de primero de FrontPage que de un folleto en un maratón en la otra punta de Europa que tiras a la basura al llegar al hotel. Y por supuesto de mandar una comitiva de tres o cuatro personas, con todos los gastos pagos, a repartir papeletas ya ni hablamos…
- Community Manager Profesional: El CM puede ser una de las profesiones más infravaloradas del panorama actual. Si tenemos claro que es la persona que escribe en los medios digitales detrás del nombre de nuestra marca, igual hay que pensar dos veces a quien ponemos detrás del teclado antes de lamentarse.
- Recuperar el dominio .com: esto apesta a contrato roto con la anterior empresa que llevaba la web ¿Alguna vez habéis visto una empresa u organismo que se promocione con el dominio .eu? Yo tampoco. La WEB es para todo corredor no local la imagen y primera impresión de un evento. No se puede hacer chapuzas con ella.
- Diseño profesional e imagen corporativa. El amarillo es color Gran Canario, estamos de acuerdo, pero un arco de meta amarillo sólido con veinte logotipos sobrepuestos (y repetidos cuatro veces cada uno) no es digno ni de carrera de pueblo.
- Acabar con la incertidumbre: Todos los años pasa igual y si hay elecciones (como este caso) se multiplica por mil. Un maratón se programa a principio de temporada y se prepara (decentemente) en 6 meses. Estamos en Julio y aún no sabemos nada y esto pasa año tras año. Todos mis compañeros de entrenamiento ya han elegido qué maratones correr hasta mediados de 2016. Obviamente ninguno ha podido (ni querido) elegir Gran Canaria.
- Humildad, humildad y más humildad. Las carreras mejor valoradas por los corredores son aquellas en donde se les trata bien o el menos se desviven por intentarlo. Y en un mercado inundado de eventos similares, si no te atienden bien, no repites.
No hay carrera perfecta y todas tienen sus más y sus menos. Lo que no puede pasar, es que con el presupuesto PUBLICO cercano al que tienen carreras con 30000 corredores, aquí hagamos una para 6000 y además, no tengamos guía del corredor, estrategia de transporte público, sistema de cronometraje no sub-sub-contratado, circuito bien señalizado para las handbikes, impacto económico o desglose del presupuesto, que para algo la hemos pagado entre todos.