Cuando uno va a una carrera con varias distancias y participa en la menor de ellas a veces siente que se pierde parte del evento. Efectivamente así es. Este domingo en el I Maratón Internacional de Santa Cruz de Tenerife terminé mi discreta actuación a los 27 minutos de empezarla, es lo que tiene una prueba de 8 kilómetros. Otra pega que tiene es que te da tiempo de irte al hotel, ducharte y ver a los amigos llegar a la meta de la media maratón y al paso por el kilómetro 21 en el periplo maratoniano. A Darío Dorta no le pareció lo mismo y quiso echarme de la zona de corredores por ir vestido de calle y no oler a sudor, después de suplicar y enseñarle siete veces mi dorsal me dio la razón de aquella manera.
Unos meses antes, algunos de nosotros nos alegrábamos y revoloteamos en Twitter la noticia que habría de darse pocos días después, por fin Tenerife tendría un maratón. Los de la isla vecina tenemos una desde hace algunos años y Lanzarote también tiene la suya, era sin duda una buena noticia. Estas carreras se retroalimentan entre si y cuantas mas tengamos cerca, mayor será la competencia y más tendrán que esforzarse organizadores y entidades por atraer a los corredores. Al final ganamos todos.
Es obvio que cada uno vive un evento de forma diferente, no es que haya que aferrarse al principio de incertidumbre, pero los matices que cada uno percibimos sobre el mismo evento son los que nos hacen ver las cosas de una u otra manera. Hace quince días estaba yo en la línea de salida de una de las carreras mejor organizadas y con más historia del país, la Behobia – San Sebastián y este finde en una carrera recién nacida. Las diferencias son evidentes claro, pero no hay que perder la perspectiva y pretender juzgar a un evento recién nacido con las leyes de uno con 50 ediciones a sus espaldas.
Yo viví una gran carrera. Ya en el barco veíamos caras conocidas, se respiraba ambiente atlético y daba igual sentarte en proa o en popa que escuchabas ritmos, series, distancias y marcas por todas pates. La feria del corredor, aunque modesta en cuanto a número de expositores, me pareció bastante completa. Paso fugaz a hacer el check-in del hotel y ¡a comer!
La tarde se nubló y la amenaza de lluvia se convirtió en realidad. El resto de la tarde la pasé de turismo con la familia y la noche… con Sosaku claro. El día de la carrera y para desgracia de todos, amaneció sin una nube en el cielo, al menos no en el cielo que algunos esperaban.
Mi carrera empezó media hora después que los de la media y la maratón con lo que me dio tiempo de sobra para disfrutar de la salida de la prueba reina. Mucho público en gradas y aledaños, presagiaban buen ambiente. El speaker no paraba de animar y yo quería creer que todas las veces que dijo que la maratón eran 42 kilómetros y medio nadie más lo escuchaba.
El sol ya apretaba de lo lindo cuando se dio el pistoletazo de salida a la más popular de las pruebas, la de 8 kilómetros. Un vistazo alrededor muestra que lo de los cajones quedó en intento baldío y juraría que en las tres primeras filas apenas hubo tres o cuatro corredores que no fueran primerizos. Salir, pillar un buen grupo, acomodarme y darme cuenta de que voy entre los quince primeros. Miguel Ángel Vaquero y Juan Jesús Casanova se escapan solos. Apretar un poco y algunos que ceden. Subida del centro comercial Meridiano y regulamos, quizá más de lo necesario.
Durante toda la avenida La Salle se disfruta de bastante ambiente y hay policía, protección civil y voluntarios en los cruces. ¡Muy bien en este aspecto! Avituallamiento en plena subida en la calle de la rosa y aprovecho para dejar atrás a un par de compañeros de fatigas. Debo ir entre los diez primeros, me pasa un corredor muy fuerte durante la bajada.
Avenida de San Sebastián, Bravo murillo… el paraíso del recortador. No suelo mirar atrás, pero estaba tan “a huevo” que en una zona de curvas al mirar veo como los dos que me siguen se pasan el chaflán por… ahí mismo. Kilómetro 7, me queda un cambio de ritmo aunque veo la meta demasiado cerca, el instinto me dice que apriete. La carrera acaba en 27:09, décimo puesto, cuarto de mi categoría a 3’42” de media de los… 7.3 km que tenia la carrera de menor distancia.
El llegar de los primeros tiene la ventaja de que el avituallamiento siempre está lleno y la desventaja de que lo que tu ves, puede no ser la realidad de la mayoría de los corredores. Efectivamente, en la llegada del grueso del medio maratón ya no quedaban frutos secos, recuerdo perfectamente a los corredores de mi carrera llevándose varios vasos enteros llenos de éstos. Es triste pero gracias a este tipo de corredores, en cada vez mas carreras existe segregación entre los corredores de una y otra distancia.
Como toda carrera, esta primera edición de la Maratón de Tenerife tiene sus luces y sombras, en mi opinión mas luces que sombras y por el bien del atletismo canario espero que sea de las carreras que después de la burbuja actual que sufre el running, perdure en el calendario de la comunidad.
Hay quien se queja de que no hubo camiseta finisher, que la medalla es la misma para todas las modalidades o que incluso se entregaba ésta a corredores retirados. Todas son quejas válidas, pero a mi me gusta poner todo esto en perspectiva, valorando que es una primera edición y que recordemos, algunos pagamos unos irrisorios 5€ por los 8 kilómetros y otros 15€ por un maratón en el primer periodo de inscripción. Todo esto hay que valorarlo. Aquí mi lista:
Lo mejor de la carrera
- La ciudad de Santa Cruz, bastante volcada. Más público del que yo esperaba para ser una primera edición.
- Los voluntarios: siempre atentos, con buena cara y ayudando en lo posible.
- El circuito: muy bonita primera parte (circuito 8k) pocas cuestas para lo que es Santa Cruz aunque muy duro para los maratonianos, especialmente si hace sol. Mucho mejor que aquel circuito soso de las extintas “Medias de Santa Cruz”
- Llevar al asfalto ciertas tradiciones que se dan en la montaña (carpa para corredores, comida final de carrera, etc.).
- La web de la prueba, el seguimiento online y la publicación de resultados han rayado la perfección (aunque no se vea la clasificación desde IE10).
Puntos a mejorar
- Si son 7.3 km son 7.3 km, no hace falta decir que son 8km.
- Puntos kilométricos sin señalizar (sólo había pequeñas marcas en el asfalto).
- Si no hay cajones de salida en una primera edición no importa, pero anunciarlos y que luego no estén deja regusto amargo.
- La consigna: No clasificar las mochilas obligaba al voluntariado a mirar una a una hasta encontrar la tuya. Se formó un buen lio durante mucho tiempo.
- La hora de salida: Cuanto más temprano se sale, menos calor se sufre y menos impacto tiene en la ciudad el cierre de calles. El calor no se puede controlar, pero adelantar la salida ayuda muchísimo. En el extranjero es muy común salir a las 8 e incluso 7 de la mañana. A las 9:30 en Canarias, incluso en noviembre, es un matadero.
El fallo garrafal
- Sin agua durante un breve periodo de tiempo en el kilómetro 30. Afortunadamente no afectó a todos los corredores, pero a los que tocó los dejó hundidos. Una pena porque el resto de avituallamientos en carrera funcionaron muy bien.
Algunos detalles curiosos que se me vienen a la cabeza es la ausencia de muchos de los equipos de atletismo de la isla y de la comunidad. No se si debe a alguna fobia, rencillas personales varias o cualquier otro motivo, pero vi muy poco “federado” corriendo. Sea como fuere, una carrera de este tipo hay que apoyarla siempre. Apoyarla no significa ocultar sus fallos o amplificar sus virtudes, pero sin duda el que no participa no puede saber lo que verdaderamente pasó ese día. En esta suerte de guerra de guerrillas que se empieza a ver entre las élites locales y los organizadores de carreras, es el corredor el primer perjudicado.
En general me parece que ha sido una carrera modesta con muchas ganas de hacerlo bien. Personalmente creo que han sabido sacar el jugo a un presupuesto que seguramente no llegue ni al 10% de otras carreras y que con tesón y algo más de ayuda seguro que consiguen mantenerse en futuras ediciones.
Otro aspecto curioso aunque previsible son las cifras de la carrera. Indagando un poco en las clasificaciones y extrayendo algunos datos se pueden sacar muchas conclusiones, como que el 16% de los corredores inscritos no se presentaron a la línea de salida, una cifra muy grande probablemente debida al bajo precio de inscripción y la imposibilidad de cambiar de modalidad. Uno de cada cuatro corredores de maratón no llego a meta… evidencia del infierno de sol de mediodía que se vivió en aquella ya histórica primera edición de la Maratón Internacional de Santa Cruz de Tenerife.
Resultados de la carrera
Galeria de fotos de DeporPress
Galeria de fotos La Opinión de Tenerife
Galeria Guayota Trail
Galería de Marce Díaz