Hay muchas formas de morir, pero en pocas se muere delante de tanta gente. Podría recurrir a los tópicos <<lo que no te mata te hace más fuerte>> o el manido <<todo suma, hasta las derrotas>> pero fue un EPIC FAIL en toda regla. En esto, que es lo relativo a mi rendimiento (o a mi no-rendimiento para ser más exactos) entraré después, porque afortunadamente la carrera es un concepto como mucho más global (si no te viene Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla a la cabeza, compraos una adolescencia)
Calentamiento
Uno abre el periódico todas las semanas y se encuentra con titulares relacionados con carreras del estilo: <<La locura es total>> <<fiebre por correr>> <<la carrera desata pasiones>> <<expectación máxima>> curiosamente ninguna de esas rimbombantes expresiones se usó para referirse a esta segunda edición de la LPA Night Run, aunque perfectamente le hubiera valido cualquiera de ellos. No hay más ciego que el que no quiere ver.
En cualquier carrera, me remonto al día anterior para escribir la crónica, pero en esta ocasión uno no puede pasar por alto los meses de peregrinaje en nuestro abarrotado Parque Romano y en esa avenida marítima llena de <<grupettos>> de entrenamiento recorriéndola de norte a sur y viceversa. He visto una San Silvestre en el Parque Romano con menos corredores que un miércoles cualquiera a las seis de la tarde en las últimas semanas. Eso es LPA Night Run. Eso es la increíble expectación amigo Rafa. En mi caso particular llevo desde la segunda quincena de julio poniéndome a tono para esta temporada, que tenía en este evento su punto álgido del invierno.
La semana definitiva nos sorprendió a todos con los días de más bochorno del año, y no me refiero a ningún nuevo reality o caso de corrupción sino a una mezcla de calor, humedad y algo de calima que pondría un granito en forma de épica a la batalla que tendría lugar días más tarde. La semana previa a una carrera tiene su tempo especial, el tapering te hace entrenar menos, cuidas más la alimentación, haces carga de hidratos si es una distancia larga… Si además es la carrera de moda ya de paso te cortas el pelo para salir menos feo en las fotos y en mi caso hasta me rasuro el cuerpo a ver si Newton me da las décimas que no quiso darme la genética de Mendel. Si a todo eso le sumas que corren casi todos tus conocidos del <<mundillo runner>> se forma grupo de whatsapp, empiezan los piques, montas una <<quedada>> y el numerito rojo del twitter se incrementa exponencialmente según avanza la semana hasta que llega el día D.
Como ya es habitual en eventos de cierto calibre, nos dejamos ver el día antes en la entrega de dorsal y nos reunimos un grupito bastante majo de amiguetes mientras comentamos lo mal que estamos, todo lo que nos duele y lo poco que hemos entrenado todos, ya, claro. Mención especial para Antonio Navas, que es el único tío con criterio de todo el grupo que se conoce lo suficiente como para acertar de pleno con sus tiempos.
Si bien el primer contacto con una carrera es el proceso de inscripción (muy sencillo el método online y sin ningún problema) la recogida de dorsal es donde tenemos el primer contacto físico con ella. Ya el año pasado estuvo muy bien dimensionado por modalidad y apellidos y este año ha sido incluso más ágil, con más filas de recogida para la mayor afluencia de público. Sinceramente uno echa hasta de menos esas colas para retirar el dorsal, donde el corredor ya un poco nervioso y con el DNI en la mano comparte batallitas de penas y alegrías con los colegas deportivos.
El puesto dedicado a incidencias también funcionó perfectamente. En mi caso se equivocaron con la pulsera del cajón y lo solventaron sobre la marcha. Después de la recogida del dorsal y la foto de rigor con las frutas de SPAR (¡vaya alegría tenían estas chicas, geniales en su trabajo!) nos fuimos a frotarnos las manos y a descubrir las bondades de la bolsa del corredor en una terracita cercana.
Por mucho que se haya dicho, no voy a dejar de comentar que la bolsa del corredor ha sido la que más y mejor contenido ha llevado de todas las que me han dado nunca. Y además no es ni de lejos la inscripción más cara que he pagado, otra muestra de que cuando se quiere, se puede.
El día D
Amanece que no es poco y el día transcurre entre hacer cosas para que pase el tiempo y no cansarse demasiado. Sacar la mano por la ventana en un acto de soberbia meteorológica para percibir si el día está tan fuerte como los anteriores o ha mejorado un poco forma parte de la rutina. Almuerzo, siesta, merienda y al turrón. Hacemos la checklist pre-carrera (zapatillas, chip, ropa y agua suficiente hasta la salida) y suena el Welcome to the Jungle.
Aparco en el centro comercial cercano, dejo las cosas en el guardarropa (que está situado donde hasta ayer estaba montada la retirada de dorsal y que funciona muy fluido) y vamos al punto de reunión donde el padre de Sole nos hace este fotón:
Se va acercando la hora, hay mucha risa nerviosa y el estado de excitación aumenta la secreción de orina. Al baño a soltar lastre y a calentar. Nos unimos Soledad, Javier, Lobillo y yo y vamos a calentar por el asfalto que luego será nuestro primer kilómetro. Trote cochinero, movimiento articular, cambios de ritmo y algunas rectas a ritmo de carrera son más que suficiente para dar el salto al cajón. Este año el primer cajón vuelve a ser enorme, con espacio más que suficiente para seguir calentando en el y no se ve a mucho infiltrado dentro.
Sinceramente eché de menos ese silencio que se rompe con la estampida espontánea de aplausos de todos los corredores a escasos segundos de la salida y los que estábamos en el primer cajón no vimos la cuenta atrás, que sólo intuimos por como la <<cantaban>> el resto de corredores. Se sale sin disparo ¡o al menos yo no lo escucho!
La carrera
Salgo en séptima u octava fila y aunque entre la carrera de 10k y la media maratón sólo 64 corredores hacen una media inferior a 3’55” en el kilómetro 1 deben haber como 200 corredores delante mía. En el primer 180º de la carrera un corredor jovencito decide que está muy lejos y hace el giro unos 5 metros antes, en la siguiente curva de 90º sube a la acera, recorta todo el chaflán y varios corredores se lo recriminan. En el siguiente 180º vuelve a saltarse tres o cuatro conos. Yo ya me enervo me pongo a su altura le miro el dorsal y le digo que si vuelve a hacerlo se lo comentaré a la organización. Me echó una mirada asesina de esas que me hacen reír y no lo volví a ver, afortunadamente mi memoria selectiva me hizo olvidarme de su dorsal.
Después de la breve incursión en el muelle volvemos a la zona de salida, el ambiente es increíble y yo parece que ya me voy haciendo un hueco en la carrera. Se forma un grupo liderado por el mega-crack Clemente Alonso seguido de la grandísima Patricia Diaz y algunos compañeros más. Si el ambiente en la salida era increíble lo de las canteras ya no tiene nombre. El público volcadísimo con la carrera en general y con Patricia en particular que gasta casi más energías en devolver los saludos y ánimos que en correr ¡muy grande! Pasamos por el kilómetro cinco y esta será la única vez que vea el hito kilométrico del patrocinador.
Ya por aquí las cuentas no me cuadran y paso ligeramente por encima del parcial esperado para el 5k (18’50”) y ahora además viene la parte dura de las calles Pavía y Castillejos. Cojo agua pero no tengo sed, me obligo a beber aunque tengo ganas de orinar casi desde el kilómetro uno. Todo Fernando Guanarteme y los cruces de Mesa y López con León y Castillo están abarrotados de gente, es increíble, parece que estuviéramos en una de las Majors Marathons.
Callejeamos un poco hasta entrar otra vez en León y Castillo y voy los más de 5 kilómetros haciendo la goma con el grupo que ya formamos solo cinco corredores y eso que voy el último bien tapado del aire que sopla de sur. Podría haberme dejado caer hasta otro grupo y ahorrar algo para el final, pero la constancia y calidad del ritmo de este grupo bien valía el esfuerzo. Clemente nos da ánimos para subir la calle Malteses y entre ésta y Obispo Codina me dan la puntilla para que un ratito después muera miserablemente en el giro de 180º del <<Cementerio Las Palmas>> ¿Qué irónico todo no?
¿El huevo o la gallina?
A partir de aquí fue todo un episodio de The Walking Dead. Me sentía muy mal del estómago, tenía muchísimos gases y en lugar de sentir que pisaba el suelo, parecía que lo estaba zapateando, todo muy raro. Iba vacío de fuerzas y de cafetera e hinchado de estómago, me dolían hasta los pies. No se si morí por todo eso o fue todo eso lo que me mató. En Triana me saluda Gonzalo y ni lo veo, al que si oigo es a Ciro Negrín pero de la descomposición que llevo no sé si llegué a hacer una triste mueca a modo de saludo. ¡Gracias por los ánimos! En Venegas tengo que bajar (aún mas) el ritmo para expulsar gases y ni con el impulso de éstos (con perdón) cojo fuelle. Voy deseando que se acabe todo ya y que me adelanten los menos posibles. Enfilo Avenida marítima y sorprendentemente me estoy acercando a un corredor, me lo pongo como referencia visual y objetivo máximo en la carrera e intento ir a por él. Justo en ese momento me adelanta un corredor (increíblemente el único corredor que me adelanta en toda la segunda parte de la carrera) y no sólo no lo cojo sino que se lleva a mi objetivo de la vista y entro solo en meta.
Hasta el sprint final se me hace largo y el pequeño tramo de baldosas entre la naval y la recta de meta (hay que deshacerse de ese mini-tramo) me destroza lo poco que me quedaba de fuerzas.
La llegada la recuerdo incluso más oscura que el año pasado, aunque no estaba mi cerebro en las mejores condiciones para valorar nada, para ser honestos. Me encuentro con Silvia que ha terminado los 10k y espera a su novio como Rapunzel al príncipe para lanzarle la coleta. También saludo a Clemente al que le agradezco el currazo que se ha pegado sacrificando su carrera por los demás y me siento unos minutos lejos de la gente, porque aquello que me hinchaba la barriga estaba por salir y no era plan de compartirlo. Llegan algunos amiguetes y me animo a trotar un poco con ellos, por aquello de mover un poco el acido láctico.
El avituallamiento post-carrera es muy espacioso, no hay colas para coger nada y hay fruta, agua, isotónico, recuperador, chocolate y… ¡Cerveza! muy buen añadido sin duda y muchas décimas que sube esto en la nota media mental de una gran parte de los corredores. Con la entrega del chip te dan un impermeable para no pasar frio y a la salida de la zona de avituallamiento, el prometido Gymsack que por lo visto no llegó a tiempo para darlos en la entrega de dorsal.
A los 45 minutos de la llegada empiezo a tener unos escalofríos bastante importantes, me pongo toda la ropa que puedo y me acurruco casi en posición fetal hasta que nos vamos a cenar. Voy hipotérmico perdido y paso casi 40 minutos tiritando.
La mezcla de temperatura alta, esfuerzo intenso y humedad desorbitada me hicieron sudar como no recuerdo haberlo hecho nunca… ¡y era de noche! Aunque en carrera repuse líquidos, lo que no pude reponer del todo fue la temperatura corporal, que después de la cena y un poco de calefacción en el coche volvió a la normalidad de los 36.5
Reflexiones del todo a 100
La organización de este macro-evento ha rayado a nivel notable alto. Había mucha gente con dudas de si serían capaces de mantener el listón de la pasada edición metiendo a 1000 participantes más y no solo lo han mantenido, sino que lo han subido aún un peldaño por encima. Es cierto que la carrera tiene margen de mejora, fallos aislados y algunos recurrentes, pero los puntos positivos son infinitamente mayores que los negativos y la valoración del evento en su totalidad pone a este carrera de asfalto por encima de todas las demás en canarias sin ningún género de duda.
Puntos destacables
- Agilidad en todos los trámites: Inscribirse, retirar el dorsal, cambiar este a otra persona en caso de no poder asistir, incidencias en la inscripción, acceso a cajones, todo se hace como uno espera, en orden y sin contratiempos.
- Valor añadido: Nadie te da mas por menos. Ni siquiera te dan parecido incluso pagando más. Circuito muy bueno, fiesta final, grandes avituallamientos, feria del corredor, gymsack, camiseta y diseño de calidad…
- Capacidad de movilización: Ningún otro evento similar motiva a tanta gente. No es solo la burbuja del running, el buen uso y trato de las redes sociales y la implicación del corredor en varios eventos paralelos tipo charlas o entrenamientos colectivos anima a inscribirse, entrenar y acabar la prueba.
- Avituallamientos: Muy bien en las canteras, avituallando ambos lados en el único avituallamiento en el que coinciden 10 y 21. El del final muy bien surtido y sin discriminación por modalidad. ¡Muy bien!
- Comunicación: Tanto en facebook, twitter, email, radio y televisión y en la excelente guía del corredor, se ha explicado muy bien los entresijos y «puntos calientes» de una prueba como esta.
- Voluntarios: Gran labor de la inmensa mayoría, trabajando mucho y bien para todos los corredores
Puntos a mejorar:
- Feria del corredor: Tener la feria detrás del edificio donde se recoge el dorsal hace que la mayoría de la gente ni supiera de su existencia o simplemente se olvidaran de pasar por allí. En muchos eventos de este tipo, para la recogida de dorsal hay que pasar por la feria del corredor antes de llegar al puesto de retirada del dorsal, lo que amplia el transito de la feria y ésta llega a mucha más gente.
- Escasez de baños (recurrente): No había baños suficientes para todos los corredores, incluso teniendo cerca los del centro comercial eran muy pocos. Este problema se magnifica entre el público femenino que tiene mucho más difícil el evacuar en cualquier sitio…
- Iluminación llegada/salida (recurrente): Poca luz y focos de colores da mucho ambiente si, pero nadie veía quien llegaba hasta que ya estaba prácticamente debajo del arco. La salida con el arco de meta en plena “curva” en la oscuridad también es un punto a revisar. El año pasado el propio arco de meta fue pantalla de TV, este año pantallas y arco estaban separados. Me gustó más el arco-pantalla del primer año.
- Carteles, carteles y más carteles: Esto es un mal endémico de España. En el extranjero a todo le ponen un cartel mientras que aquí salvo que exista peligro de muerte nada se informa. Echo de menos carteles grandes diciendo donde están los baños, donde se recoge el dorsal, por aquí se va a la feria o ponga aquí su chip.
- Puntos kilométricos: Yo fui de los pocos que vio en lo alto de una farola el punto kilométrico 5 en Las Canteras, pero porque miré para arriba de casualidad mientras me limpiaba el sudor. Un punto kilométrico a tres metros de altura de 50x50cm no se ve ni a 3’30” ni a 6’30”. Ya que el patrocinador era Volkswagen Canarias se me ocurre que podrían poner un coche con música y en el techo un cartel de 1m x 1m (mínimo) en los múltiplos de 5.
Por pedir que no quede:
- Liebres populares: si la carrera quiere dar un salto de calidad y ayudar a la mayor cantidad de corredores a conseguir sus objetivos, buscar tres-cuatro liebres para: 1h30, 1h45 y 2h en media maratón que además servirían también para el 10km.
- Fotografía oficial: contratar a un par de fotógrafos en puntos estratégicos e inundar la web con las fotos el mismo día de la carrera subiría el nivel de la prueba otro pequeño peldaño. Porque correr está bien, pero vernos en las fotos mola mucho más :-)
Enlaces de interés:
Resultados Corregidos 10k
Resultados Corregidos 21k
Crónica de Pancho, crónica de Gonzalo, crónica de Claudio
Mi crónica de la 1ª edición en 2013. Mi previa de este año.