
Hace ya casi un año, a principios de 2011, me planteé moderar la ingesta de pan por las mañanas y buscar un sustituto menos refinado y con similar carga calórica. Tengo la extraña costumbre de desayunar y además de hacerlo abundantemente, y digo la extraña porque cada vez me cuesta más encontrar a gente que desayune, sobre todo si consideramos que tomarse un café con leche no puede llamarse desayunar.
Mi desayuno tipo es el siguiente: Un bol de cereales de trigo integral con bebida de soja -abstenerse de llamarlo leche, para evitar confusiones- tostadas de pan integral con aceite, mantequilla o crema de cacao -Nutella quise decir- pechuga de pavo de las que se venden en forma de salchicha, unas galletitas integrales, algún lácteo de tipo bebible, unos pocos frutos secos y fruta (plátano, ciruelas y peras, las más comunes que tomo). Cuando se lo comento a los allegados, me miran con cara de asombro, “a mí no me entra” o “yo no tengo tiempo” son las excusas (chorras) más comunes; Si no tenemos tiempo para comer ¿para qué lo tenemos?. Al que dice que no le entra, normalmente es porque se ceba comiendo por las noches, como si no supiera qué va a pasar por las mañanas con su frigorífico.
Soy consciente de que desayuno más -y probablemente mejor, pero eso queda feo escribirlo en lugar de pensarlo- que la media, pero también es cierto que, debido a mi trabajo, a veces no vuelvo a probar bocado hasta las cinco de la tarde o directamente no almuerzo, afortunadamente eso me pasa pocas veces y la tendencia es ir a menos. Eso a las 8:00 de la mañana, sobre las 11:00 acostumbro a tomarme dos o tres piezas de fruta y una barrita de muesly y/o fibra.

La avena tiene ciertas propiedades que la hacen ideal para desayunar, no voy a enumerarlas una por una, para eso está la interweb en todo su esplendor, pero las más importantes son su cantidad y calidad de proteínas (para ser un vegetal y además de alto valor biológico) y su bajo índice glucémico (hacen que su absorción sea lenta y esto es ideal para los fondistas). Las desventajas de la avena son claras: no hay quien se las coma como vienen en el paquete. Son duras y saben a ¿nada?. Hay quienes las dejan en remojo toda la noche y luego se las comen por la mañana (me niego a prepararme el desayuno desde la noche anterior) quienes las echan directamente a la leche o agua y se las toman (sufridores) y quienes nos hacemos el porridge 2.0.

El porridge es la famosa papilla (famosa en cualquier otro pais, claro) hecha de avena, leche hervida y sal, servida al gusto con fruta, muesly, chocolate, canela, miel o lo que se te ocurra. Lo del 2.0 es básicamente porque a mi la leche me sienta fatal y las hiervo en bebida de soja y porque no les echo sal (soy de tensión alta). Un toque de canela y un micro-chorro de miel las deja ya no sólo comestibles, sino incluso ricas (habrase visto).

El truco: hervir la avena incrementa el índice glucémico (a más hervor, mas aumentará el IG) y eso no nos interesa así que unos tíos muy listos han creado la avena «quick cooking» que se cuece antes y por ende conserva el IG más bajo. La pega es que no está a la venta en todos sitios (yo la compro en Hipercor).
FAQ del porridge:
- ¿Con leche, bebida de soja o agua? Básicamente con lo que te de la gana. Con agua queda más líquido (y más asquerosillo, claro que eso va a gusto del consumidor) y las calorías totales disminuyen. Con leche o soja aportan obviamente más nutrientes.
- ¿Cuanto tiempo hervir? Las quick cooking poco poco, desde que empieza a hervir yo no llego al minuto. Las del mercad… supermercado nacional con sede cada 500 metros les cuesta el doble o un pelín más. Claro que tambien depende de cuanto quieras hacer desaparecer la avena. Yo como soy un poco desesperao, al minuto las quito y están lo suficientemente blandas y ricas (y rápidas).
- ¿Cuánta leche/soja/agua y cuánta avena? Échale imaginación, 150ml + 3-4 cucharadas soperas es mi combinación, depende del hambre con el que me levante.
- ¿Añadidos? Miel y canela, nada más y nada menos.