Tag Archive for fuerza

La electroestimulación para corredores (parte 1)

Este mes se cumple la bendita cifra de un año corriendo sin lesiones. Una temporada completa en la que he podido planificar y cumplir rigurosamente los entrenamientos que me propuse hace ya un año, con una mejora muy grande tanto en marcas como en sensaciones. La mayor parte de este éxito se debe, sin duda ninguna, a la excelente planificación que Vicente Úbeda hizo de mi temporada atlética, con sus fases, ciclos y objetivos perfectamente definidos desde el inicio.

Si quiero aumentar mi rendimiento en carreras de fondo esta temporada tengo que intentar entrenar un poco más y un poco mejor. Lamentablemente voy bastante al límite de lo que mi cuerpo puede soportar de carga de trabajo, en otras palabras, me es difícil entrenar más de lo que ya lo hago.

Así que para romper este límite (o al menos subir el listón un poco) tengo dos vías de actuación paralelas:

  1. Bajar peso: para disminuir el impacto del entrenamiento en el cuerpo, actualmente en 67 kilos para 1’80
  2. Fortalecer musculatura: para aguantar más impacto del entrenamiento

Grosso modo podríamos decir (que me perdone cualquier purista, teórico o resabido repelente) que si consigo quitarme un 5% del peso corporal y a la vez fortalecer un 5% mi músculo esquelético, podría aumentar mi capacidad de entreno un 10%. Sobra decir que la formula ni es correcta ni pretende serlo, pero sirve para ejemplificar donde tengo el foco en esta temporada. El apartado 1 es bastante sencillo: mejorar mi dieta actual (espero escribir algo al respecto en breve). Para el apartado 2 he incluido en mi entrenamiento lo siguiente: Un segundo día de entrenamiento de fuerza (gimnasio, técnica, pliometría, etc.) y la electroestimulación.

Como en todos los artículos más o menos técnicos que escribo en el blog, recordad que ni son científicamente exactos ni lo pretenden. Yo no soy ni científico ni médico, ni siquiera entrenador o atleta profesional. Sólo soy un corredor popular que decide compartir los conocimientos y experiencias propias, intentando en todo momento buscar las fuentes más fiables e intentando obviar el maldito marketing que muchas veces lo estropea todo.

Mario Pestano, que algo de atletismo sabe...

Mario Pestano, que algo de atletismo sabe…

¿Qué es?

La electroestimulación neuromuscular es una técnica que consiste en aplicar una corriente eléctrica al músculo de manera que éste se contraiga de manera involuntaria. Las primeras aplicaciones de esta técnica datan de la década de los 50, donde se usaba con fines médicos, hasta los años 70 donde empieza a utilizarse en atletas de élite. Que la electroestimulación funciona y es efectiva es un hecho que ningún científico discute, lo que quizá conviene aclarar, es la manera en la que nosotros, los corredores populares podemos sacarle partido.

¿Qué hace?

Cuando queremos mover una pierna, nuestro cerebro manda la orden al sistema nervioso y éste manda el impulso eléctrico al músculo. La electroestimulación manda ese impulso directamente al músculo y según el tipo de corriente emitida por el cacharro (tipo de onda, duración, frecuencia, etc.) la reacción muscular será distinta. Es aquí cuando se abre el abanico de aplicaciones de los electroestimuladores.

Alexandra Louison, triatleta

Alexandra Louison, triatleta (1h 12′ en MM). Usando un programa de recuperación (foto: compex.es)

¿Me será de utilidad como corredor popular?

La mayoría de estudios científicos están orientados al desarrollo de la fuerza, aunque con el paso del tiempo, los estudios sobre otras modalidades deportivas han completado una bibliografía que abarca todo el espectro deportivo. La capacidad de los aparatos de electroestimulación de trabajar sobre las fibras rápidas, mixtas o lentas, los hacen tremendamente versátil: dependiendo de la frecuencia eléctrica emitida, la contracción muscular afectará a uno u otro tipo de fibras. No te preocupes por saber el tipo o rango de frecuencia necesaria, ya que la inmensa mayoría de electroestimuladores vienen con programas predefinidos según el uso que le vayamos a dar (resistencia, fuerza-resistencia, fuerza máxima, etc.)

¿Qué no hace?

No vas a quemar grasa de ninguna manera, da igual el número de veces que te lo intenten vender de esta forma los centros de cuqui-belleza. Otra cosa que no hará nunca la electroestimulación es sustituir ninguno de tus entrenamientos, ya sean rodajes, tiradas, jornadas de gimnasio o ejercicios pliométricos. La electroestimulación es un complemento de tu entrenamiento voluntario. Si para incorporar electroestimulación sacas de la ecuación otros tipos de entrenamientos, estarás restando y no sumando virtudes. Salvo en los programas de recuperación y masaje, la electroestimulación requiere toda tu atención. Olvídate de sentarte frente a la TV mientras tus piernas se ponen como las de Mo Farah.

Nuria Picas recuperándose con su electroestimulador (foto: compex.es)

Nuria Picas recuperándose con su electroestimulador (foto: compex.es)

¿Y por qué no lo hace?

La electroestimulación es tanto más efectiva cuanto mayor será el número de fibras reclutadas. La manera de reclutar más fibras es aumentando la intensidad del programa hasta el límite que seamos capaz de tolerar. A estas intensidades los músculos se contraerán fuertemente y la articulación a la que esté unido hará su trabajo. Por ejemplo, si lo estás usando en los cuádriceps sentado, éstos tiraran de la pantorrilla hacia arriba y deberás hacer fuerza (mucha) para mantenerla en el sitio. Si por el contrario lo trabajas de pié, es muy probable que seas incapaz de vencer la fuerza de tus cuádriceps para sentarte si la contracción te ha pillado con la pierna totalmente estirada. La parte positiva de todo esto, es que el número de fibras reclutadas es mucho mayor del que se consigue con el entrenamiento voluntario. No quemarás grasa porque el aumento de temperatura es moderado y las contracciones afectan a la musculatura. La pérdida de calorías es evidente pero insuficiente para la quema de grasas.

Conozco a gente con electroestimuladores que sólo lo usan para recuperarse de competiciones o entrenos ¿por qué?

Los programas de recuperación son agradables, funcionan muy bien y se pueden hacer sin prestar mucha atención, mientras que para la mejora del rendimiento hay que llegar al umbral del dolor. Usar un electroestimulador sólo para los programas de recuperación y masaje es estar infrautilizando la tecnología. Pero también hay quien va al gimnasio y no hace sentadillas…

bean-if-you-know-what-i-mean

Entonces… ¿Duele?

Duele de la misma forma que duele hacer sentadillas, press de banca o curl de bíceps cuando trabajas en el gimnasio con las cargas adecuadas. La famosa frase No pain, no gain es perfectamente válida aquí. También es cierto que la sensación de contracción del músculo al ser involuntaria se siente extraña al principio. Si lo que te preocupa es morir electrocutado puedes respirar tranquilo.

¿Cómo me ayuda con las lesiones?

De varias maneras diferentes. Te ayuda a prevenirlas fortaleciendo zonas específicas que de otra manera son complicadas de trabajar (tibial anterior, peroneos, flexores de dedos, etc.). Si ya estás lesionado, la electroestimulación acelera la recuperación aumentando el flujo sanguíneo de la zona y llevando más nutrientes. También te permite trabajar muscularmente sin recibir impacto ni aumentar la fatiga corporal (te permite entrenar más con el mismo desgaste) Si tienes problemas tendinosos, los programas descontracturantes ayudarán a descargar la musculatura y con ello que tus tendones liberen tensión. Además de todo esto, tienes los programas TENS.

¿De que va eso del TENS?

Del acrónimo Transcutaneous electrical nerve stimulation, el TENS usa la corriente del electroestimulador para enmascarar dolores agudos y crónicos estimulando el sistema nervioso con cierta combinación de pulso, frecuencia e intensidad. Hay que tener claro que el TENS enmascara el dolor, ni cura, ni trata. No todos los electroestimuladores tienen función TENS, y existen en el mercado unidades exclusivamente con TENS. A nivel de uso, el TENS se siente como un ligero hormigueo en lugar de una contracción o bombeo.

Atleta en recuperación usando dos electroestimuladores simultáneamente

Atleta en recuperación usando dos electroestimuladores simultáneamente

¿Vale cualquier aparato o solo los profesionales ultra-caros funcionan?

La diferencia entre aparatos profesionales y domésticos suele estar en el tamaño del aparato y el nivel de control de los programas. Mientras que en uno doméstico se trabaja con programas predeterminados para un tipo de fibra o un modo de recuperación, los profesionales son totalmente configurables en parámetros que los no-expertos no sabríamos manejar (tipos de onda, frecuencias, pulsos, duración, etc.). Los aparatos domésticos vienen con dos o cuatro electrodos, lo que nos limita a entrenar prácticamente un grupo muscular por sesión (por ejemplo, cuádriceps vasto externo e interno de ambas piernas) mientras que los profesionales carecen de este límite pudiendo ejercitar muchas más partes del cuerpo de manera simultánea. Para cualquier uso no-médico un buen electroestimulador doméstico es más que suficiente.

Resumen
  • La electroestimulación es un método eficaz de entrenamiento muscular.
  • Por si sola te servirá de muy poco, es un complemento al entrenamiento voluntario.
  • No te va a hacer correr más ni cansarte menos (no hay mejora cardiovascular), pero si podrás recuperarte antes del esfuerzo y aguantar más impacto en los entrenamientos.
  • El electroestimulador podrá aumentar tu rendimiento, pero siempre será menos importante que el entrenamiento activo, el descanso y la dieta.
  • No va a sustituir tus visitas al fisioterapeuta, pero éste podrá aconsejarte como sacarle más partido a tu electroestimulador.
  • El entrenamiento activo requiere tiempo y atención, olvida la teletienda.
  • No vas a quemar grasa ni a ponerte guapa, pero si puede tonificar tus músculos.
  • Si usas el electroestimulador sólo como “recuperador” después de los entrenamientos, lo estás infrautilizando. Sácale más partido entrenando con el.
Enlace a la segunda parte del artículo, donde pruebo el electroestimulador Compex Wireless
Bibliografía:

La mejor referencia en español sobre la electroestimulación aplicada en deportes la puedes encontrar en este libro: Pio García: Guía imprescindible de la electroestimulación

El área de fisioterapia de la RFEA pide trabajar con electroestimuladores COMPEX

Metodología de la electroestimulación en el deporte

Aumento de la fuerza muscular medida por test Bosco, por Elisa Benito

Principios fisiológicos y aplicación de la electroestimulación por Dr. Rubén Argemí

Gimnasio para fondistas

Si hay un apartado olvidado en el entrenamiento de la mayoría de los corredores populares, es el trabajo de la fuerza. Y parece bastante lógico si pensamos en cómo nace y sobre todo, en cómo evoluciona el corredor popular. Se empieza a correr por algún motivo (perder peso, hacer vida saludable, ambición deportiva, etc.) con el objetivo inicial de aguantar unos minutos, luego unos minutos más… luego más días a la semana, luego más kilómetros, luego una carrerilla que pasa por delante de casa, luego un 10000, luego nos llama la media maratón, quizá la montaña, y acabamos con la prueba “reina”: El maratón.

Durante este proceso y según el nivel de cada uno, el cuerpo de un atleta sufre cambios fisiológicos importantes. El más conocido es el del corazón -que aumenta su tamaño, con lo que gana capacidad de bombeo y menor ritmo cardíaco- pero también se sufren otros y no todos son positivos. En su afán por ser más resistente y eficiente, el fondista tiende a perder peso, grasa y también masa muscular. El gesto deportivo también se adecúa para gastar menos en recorrer la misma distancia, desconectando terminaciones nerviosas que acaban de esta forma inhabilitando millones de fibras musculares

Pero correr es más que eso, mucho más; Si queremos dar lo mejor de nosotros -y lo que es aún más importante, hacerlo durante más tiempo- hay que planear los entrenamientos. Y entrenar, no es calzarse las zapatillas y salir a correr por la tardecita a echar kilómetros al parque, entrenar es seguir un plan para alcanzar un objetivo. Si no lo tienes, bien, just RUN.

Lo primero que hay que hacer, es desterrar todos los mitos y creencias que tengamos acerca de los gimnasios, las pesas y la hipertrofia en general. No nos vamos a poner como Arnold ni aún queriendo y tampoco hay que ir corriendo a comprarse bañadores marca-paquetes para lucir palmito en la playa (aunque yo los llevo ¿qué pasa?). Esto es aún más evidente en las chicas y su legendario miedo a que le aparezcan músculos donde antes había curvas: desterradlo.

A modo de resumen (científicamente inexacto, sacrílego e incompleto), diremos que básicamente hay dos tipos de fibras musculares -hablando siempre del músculo esquelético-: Las del tipo I y tipo II.

Las tipo I: Usan mucho oxígeno, son muy resistentes a la fatiga, generan poca fuerza y son poco dadas al crecimiento.
Las tipo II: Poco oxígeno consumido, son las menos resistentes a la fatiga y generan gran cantidad de fuerza.

No hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que nos interesa, sobretodo, darle cañita a las fibras tipo I, y como se puede ver es fácil diferenciar el físico de un atleta «con mucha fibra del tipo I» y a otro «con mucha fibra del tipo II». En este punto siempre se comparan fondistas con velocistas, pero puestos a exagerar hagámoslo comparando a fondistas VS culturistas. Si analizamos los músculos de ambos, veríamos como cada uno presenta un desarrollo casi opuesto (exagerando un poco) en sus fibras musculares. Uno (pongamos Kiprotich, que está de moda) presenta hipertrofia miofibrilar (mayor densidad de fibras, aunque «pequeñas» del tipo I) mientras, pongamos Schwarzenegger (¡Jesús!) presenta hipertrofia sarcoplásmica («menos» fibras, pero mucho más grandes). Todo esto muy a grandes rasgos y muy cogido por los pelos, que no se me enfade nadie.

Ejemplo de “fibroso de tipo I”

Fibroso “tipo II” De cuando daba gusto ver a un culturista

Normalmente, ni tendremos la cantidad de fibras “Tipo I” de Kiprotich, ni la calidad de las “Tipo II” de Terminator (tendremos las que nos han tocado por Mamá y Papá) pero no nos engañemos: podemos sacar mucho más partido de las que tenemos y podremos crear nuevas, lo que a día de hoy sigue sin saberse es si se pueden “convertir” de un tipo a otro (variar nuestro porcentaje de fibras del tipo I con respecto a las del tipo II) con resultados poco concluyentes (por contradictorios o por estar realizados sobre grupos de no-atletas).

Hay muchas maneras de entrenar fuerza sin trabajar con pesas: hacer cuestas, series, multisaltos, correr con el paracaidas, jugar con las vallas, etc. Pero no hay ninguna que sea tan específica y tan poco lesiva como el entrenamiento con cargas (no confundir con el entrenamiento lastrado, cosa que afortunadamente, va desapareciendo de las manías de los entrenadores de los años ochenta).

Teniendo más o menos clara la teoría, llegamos a las siguientes conclusiones:

Entrenarnos de manera únicamente aeróbica no nos permite rendir a nuestro 100%.

– El cuerpo, como mera adaptación a correr, elimina “sobrantes” que nos serán necesarios en ciertas fases de la temporada.

– Necesitamos ganar fuerza (en músculos y  tendones) sin ganar peso ni retener líquidos.

– La forma mas rápida, eficiente y menos lesiva de hacerlo es mediante pesas (o resistencias).

– El entrenamiento con pesos, deberá ir encaminado a ejercitar las fibras “tipo I“.

– Sometiendo al cuerpo a cargas controladas, disminuiremos el riesgo de lesión, al tener el sistema musculotendinoso mas fuerte.

-Tendremos una excusa para pasar mil veces por delante de la clase de spinning

Pierde el miedo a las pesas y pisa el gimnasio, especialmente en pretemporada y periodos lejanos a la competición. Cuanto más preparado muscularmente y más músculos implicados en el gesto de correr tengas, tanto más (y mejor) rendirás en entrenos y competiciones.

Stairway to Heaven

El domingo hice “el entrenamiento”. Con la Canarias Vertical RUN a menos de una semana, había que probarse en un edificio de similares características y como no tengo ninguno a mano, tuve que tirar de agenda. Y ahí me planté, en medio de la ciudad, frente a un edificio de 20 plantas, que aunque cuando era niño imponía hoy parece algo normal, incluso pequeño. Unos minutos de carrera para calentar y subí al quinto piso a saludar a la familia. De ahí partió el reconocimiento e hice una primera subida suave hasta la planta 20, escalón por escalón a ritmo suave y sin cronometrar. Ahí ya empezó el sudor. Baje también a buen ritmo y descansé unos minutos hasta que las pulsaciones se relajaran.

La segunda fue la buena, ésta vez ya desde el portal donde por cierto, hablando con el portero, me comentó que no fui el primero en ponerse a correr por las escaleras esta semana ya que había venido un grupillo a entrenar un par de días antes. Click al crono y pa’rriba, de dos en dos, como mandan los cánones. No tuve que parar en la subida, pero algún piso que otro hubo que subirlo de uno en uno en lugar de hacerlo de dos en dos. Hice cima en 2’20” con la lengua fuera y tembleque en las patitas.

Subí otras dos veces más, la siguiente en 2’40” más suave y una última ya sin cronometrar por aquello del “ya que estamos”.

Efectivamente te pones a 200 pulsaciones fácil fácil y las piernas se te funden con cierta facilidad. También es un pelín “peligroso” ya que a medida que te vas cansando, libras con más esfuerzo los escalones y si por desgracia no llegas al segundo escalón del “salto” tus espinillas corren peligro.

También hay que decir que estos días he estado haciendo sentadillas, zancadas y demás ejercicios de fuerza del tren inferior, para ir un poco decente al “evento”

¡Espero no tener que hacer uso de las botellas de oxígeno! Y si lo hago, que me lleven al cielo!

[tube]http://www.youtube.com/watch?v=w9TGj2jrJk8[/tube]

Este blog utiliza cookies para alguna de sus funciones. Haciendo click en el botón "continuar" hará desaparecer este mensaje. La información contenida en las cookies se utiliza para mejorar la navegación, recordando sus preferencias en esta página web.