Si la carrera popular de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria (más conocida como la «Subida a Teror») marca el inicio de la temporada atlética, esta Media Maratón fundación Puertos de Las Palmas (y carrera de 10 y 5 kilómetros) supone para la mayoría de corredores el fin de la misma. Al menos para las carreras de asfalto, porque en montaña ya sabemos que por ahora el mercado absorbe una carrera cada finde como mínimo. El año pasado justo en esta carrera culminé mi «marquitis aguda» en mi temporada específica de media maratón y este año esperaba hacer lo mismo con el 10k. Y, aunque un poco justo, cumplí con el objetivo. Hice mi mejor marca… ¡por 2 segundos!
Puede parecer poco (que lo es) pero no iba con muy buenas expectativas. Buenas sensaciones en carreras anteriores (incluida mejor marca también en un 5000 con 17’13”) pero sin tener ni una de esas semanas donde parece que los entrenos se te hacen cortos, o como se diría en argot ciclista, sensaciones de ir sin cadena. La regla dice que las carreras son el reflejo del entrenamiento y yo que no soy de llevar la contraria a quien sabe más que yo me esperaba eso: malas sensaciones, agobio, asfixie, dolores y a saber qué más. Pues no.
Si algo he aprendido esta temporada (o más bien ratificado) es que a estos niveles, menos siempre es más. Pero SIEMPRE. Tuve un episodio de overreaching en febrero, donde apenas entrenaba calidad y además el kilometraje no era muy alto (rara vez supero los 65 kilómetros semanales) que si bien sirvió para aliviar unas molestias de pubis/abductor me estuvo sin entrenar más de tres semanas. Y si en marzo ya no vas bien, parece difícil que en mayo cojas la forma, pero como diría Sosaku Runner…
Rutina pre-carrera: Levantarme y desayunar tres horas antes (ligero, que es un 10k) de la carrera, ducha, ropa de correr y abrigarse para no pasar frio (vale, es mayo y estamos en Canarias, pero a las 6:00 se pasa frio) Paso a recoger a José Lobillo y a Antonio y nos plantamos en la puerta del Kopa, a por la foto de grupo que nos saca Miriam Herdel ¡Gracias!
El día anterior había recogido el dorsal de Fran que vive en el sur de la isla y el de otro amiguete del que no tengo su número de móvil. Lo busco por todos sitios, pero con los casi 1500 corredores no lo veo. A 15 minutos de la salida lo doy por perdido y me voy al coche a dejar la bolsa y el dorsal para poder calentar, cuando milagrosamente me lo cruzo antes de llegar al coche. ¡Nos salvamos in extremis Eulogio! En el calentamiento vemos a Dani Betancor con mala cara y nos cuenta un episodio grave de alergia que tuvo durante la noche y que acabó con él en urgencias ¡vaya mala suerte!. Y no sólo para él, la táctica era ir juntos todo lo posible a 3’35” tirando uno del otro (mientras Lobillo nos seguía a lo rata :-) hasta el kilómetro 6 ó 7 y luego hacer un «sálvese quien pueda»
Pistoletazo de salida y se forman tres grupos: cabeza, perseguidores y nosotros. En el segundo kilómetro ya encabezo este tercer grupo, a bastante distancia del segundo y aquí no releva ni dios.
Ahora el eterno dilema: ¿voy a por ellos y me fundo contra el viento o me espero? Si vas a por marca no puedes dudar. En el parcial del 5k voy 15 segundos peor que lo establecido (que era 17’55”)
El segundo parcial lo hago siempre por debajo de 3’35”. Enlazo con el grupo de delante (a esas alturas, de grupo tenía poco) y voy remontando posiciones (pasaría del 15º al 6º). Los dos últimos kilómetros son un calvario, ya que enlazamos con el grueso de corredores del 5 kilómetros y sólo hay un carril habilitado. Ya no sé a quien tengo delante ni a «cuanto está» de mi posición, no queda otra que apretar dientes, zigzaguear y esperar al crono. Tras la última curva veo como el crono del arco de meta se acerca a mi marca (va por 35’40”) ¡y aún me quedan 70 metros!
¡¡¡qué no llego!!!
En mi cabeza el sprint fue como uno de Lemaitre, aunque la realidad probablemente se parezca más a un pato torpón huyendo de algún depredador. Miro la clasificación y hago marca por los pelos con 35’50” bieeeeeen y además… 6º de la general y 2º senior. Yo creo que 10 ó 15 segundillos podría haberme quitado de haber cumplido en el primer parcial de 5k, incluso a costa de perder un poco en el segundo ¡pero a una MMP nunca se le ponen peros coño! Y si el colofón es subir al pódium en la última carrera de la temporada, se dice y no pasa nada.
La espera hasta la entrega de trofeos se hizo interminable, y me estoy quedando corto. Se veían instrumentos encima del escenario, pero nadie supo para qué servían. El «acto» terminó cerca de las dos de la tarde, momento en el que dieron paso al grupo contratado para que tocara para, literalmente, DIEZ personas. De verdad, NO PASA NADA por entregar los trofeos a los que van llegando. Tampoco PASA NADA por empezar el concierto para todos los que están esperando por corredores (bastante martirio es para la mayoría de familiares) e ir entregando entre canción y canción. Es entendible que haya que esperar a que los veteranos de 75 lleguen a meta y se les de su merecido trofeo, pero no hay porque RETRASAR el resto de categorías, cansar al público y desquiciar a los pobres músicos, porque lo que pasa es que la gente, aún estando en podio o con premio, se va a su casa, el concierto no lo escucha nadie y al señor de 75 años con su merecido trofeo no lo ve nadie subir al podio.
La organización correcta, pero con luces y sombras.
Luces:
- Bien el recorrido, mejor que el año pasado. Quitar el tramo del muelle de la esfinge ha sido un acierto
- Los avituallamientos «temáticos» involucrando a los clubes en carrera es una gran idea. Especialmente animado el de las «Pink Cows» aunque me llevé una vaca por delante adelantando a doblados (lo siento)
- Todos los trámites de inscripción, dorsal y el trato de los voluntarios simplemente perfecto
- Hubo agua en todos los avituallamientos. No debería ser un plus, pero lamentablemente en otras carreras lo sigue siendo.
Sombras:
- Algunos de los primeros clasificados de la carrera de 5k se perdieron. Esto es inadmisible y aún se ve en alguna que otra carrera. Los corredores a 180 ppm no pueden pararse a ver por donde hay que ir. Sin palabras…
- Padrino: Martin Fiz mola mucho y poder saludarlo es un auténtico lujo, pero reconozcamos que se trae (y se paga) a esta gente para beneficio único del organizador y afines (foto de rigor y el manido: yo traje a…) Ni atrae a corredores, ni a público y si su presencia implica (directa o indirectamente) el siguiente punto, aún peor.
- ¿Isotónica?¿Qué es eso?: Yo participé en el 10k, donde ni siquiera hace falta avituallamiento en carrera, pero puede salir un día de calor y los de la media maratón pasarlo MUY mal. Con el caché de Martin Fiz se paga isotónico reserva con denominación de origen y sobra para patrocinar a Patricia Díaz, Ruben Palomeque, Atabara Guedes y Saul Castro.
Resultados de la prueba con parciales
Gracias a Vmilan, Annete de Vera, Amigos del barro, agua y tierra, Man In the Middle y Miriam Herdel por el excelente trabajo fotográfico durante toda la prueba.