Archive for lesiones

Success!

Aunque lo normal es ser precavido, taparse y no cantar victoria antes de tiempo, yo creo que ya me puedo poner esta medalla, empiezo a sentirme corredor. Por primera vez en más de año y medio llevo unos tres meses corriendo tres días a las semana sin preocuparme por la pierna, lo que es síntoma inequívoco de que algo va marchando estupendamente.

En mi trabajo (y supongo que en muchos otros) cuando las cosas van mal son muy notables, pero cuando todo funciona perfectamente nadie sabe qué es lo que haces ahí. Esa es la sensación que tengo en estos momentos, me toco la tibia de vez en cuando porque recuerdo que aquello me dolía, pero es un TIC con tendencia a la desaparición.

Lo mejor de todo es que en estas últimas semanas me he dado bastante caña y todo va fluyendo como uno espera que lo haga, naturalmente. Series de 1000 y de 3000 en el romano han pasado por estas piernas sin quejas aparentes y hasta algún que otro día me he atrevido a pisar el tartán y hacer 16 series de 200 metros (lentas, pero series al fin y al cabo). Entre todo este batiburrillo de entrenamientos mezclados y sin mucha lógica más allá de ponerme a prueba, se han colado algunas tiradas de 18 ó 20 kilómetros en asfalto y pistas de tierra.

El colofón vendrá este domingo en la media maratón de la Fundación Puertos de Las Palmas, donde volveré a ponerme un dorsal “de verdad” y aunque no vaya a acercarme ni de lejos a una buena marca, estoy seguro de que será una de esas carreras que te dejan un buen sabor de boca incluso palmando.

Como si fuera un gran logro, esta media maratón me servirá para marcar un antes y un después en mi vida de runner, al menos un antes y un después en lo que he venido haciendo el último año y medio. Todavía me queda reeducar la mente y quitarme de encima el cortoplacismo, pero mientras tanto me conformaré con afianzar lo que ya tengo, aumentar un día más de entrenamiento (muy cochino) semanal y seguir compartiendo kilómetros con vosotros, los habituales.

terminator-im-back

Con la escopeta cargada, no le busquéis doble sentido

Hasta el domingo todo será pasado, a partir de ahí… a correr!

PD: Perdonad por las ñoñadas, pero es que llevo toda la mañana escuchando a los Scorpions…

¿Por donde empiezo?

Ah sí, por la ausencia. No es necesario que os diga lo duro que es hablar de correr cuando no corres, así que imaginad lo que significa escribir de correr sin hacerlo (correr me refiero). También se puede ver como un ejercicio de coherencia, pero suena tan cursi que mejor ni lo planteo.

Diciembre y enero han sido meses duros en general y catastróficos en lo particular (recordemos que hablamos de correr). Lo peor de todo es que no ha sido nada nuevo, con lo que escribir de ello se me hace cuesta arriba, cansino y repetitivo, pero allá va.

Cuatro series de 400 metros fue lo que me aguantó la pierna el primer día de series, después de más de 4 meses de entrenos muy suaves de carrera continua primero y fartleks variados después. Trotes cortos primero, medianos después e incluso alguna tirada que puede ser considerada hasta de “larga” por los ultra-guys. Una carrera de 10km por ahí en medio y varias de menos distancia, siempre suave y con mucho descanso entre entrenos, pero no fue suficiente. Treinta minutos de calentamiento, de intensidad suave a moderada y de moderada a intensa, unas rectas muy suaves en progresión no sirvieron para evitar el estrepitoso fracaso. No hay nada como seguir todas las reglas del entrenamiento para que se vuelvan contra ti, a la cuarta serie de 400 metros la tibia me dijo que era mejor dejarlo y que siguiera jugando al golf. Tampoco penséis que las series de 400 eran al fuego, nada más lejos de la realidad. La primera en 1:40 (vamos, un paseo para quien tiene como objetivo bajar del minuto en la vuelta a la pista) 2ª 1:35, 3ª 1:30 y 4ª 1:25. Un fiasco en toda regla.

Ahora mirando los datos de ese entrenamiento vía Garmin Connect, me doy cuenta que lo hice el 25 de diciembre, si es que sólo a mí se me ocurre regalarme eso por navidad. No volví a correr hasta la media maratón de Gran Canaria (un mes después) que por supuesto no tenía pensado correr, pero como no hay mejor reclamo que la palabra gratis, allí que fui con mis zapatillas y di la vuelta al circuito en 1h 29′ más o menos. Mi subconsciente iba tan preparado para no sufrir, que se olvidó el chip en mi casa.

¿Y ahora qué?

Formateo mental, vuelta al gimnasio, a la elíptica, simulador de escaleras y ya por último a la cinta de correr. Ahora tengo fastidiado el cuello de mirar la tele mientras corro en la cinta, se ve que el personaje de Elijah Price de la gran “Unbreakable” me ha dejado marcado, tendría que haberle pedido el papel al Shyamalan.

Estudios de pisada en estático, dinámico, fisios, gammagrafías, podólogos, ortopedas, plantillas… BULLSHIT. Ha sido trincar un poco las nalgas y todo ha vuelto a su estado inicial, la tibia pidiendo la hora. Cuando uno está mal hecho hay que aceptarlo y punto. A todo esto hay que añadir que no sirvo para jogger, disfruto corriendo si y sólo si puedo cumplir un fin, una marca, un puesto o cualquier otro tipo de objetivo. Hasta me motiva correr despacito si sé que está dentro del plan de recuperación de la lesión, pero correr dos veces por semana a 5’ el mil, no se hizo para mí.

true story

Y todavía no he hablado de lo peor de no correr, que es perderme todos esos momentos que vivimos en las carreras. Compartir los nervios de la salida, comentar el estado de forma, la táctica de carrera, el objetivo a corto, medio y largo plazo, ver la llegada de tus amigos, la alegría de terminar una carrera o hablar sin parar durante una hora de entrenamiento. Desde ver a Jose Brehcist cruzar la meta con todo un marcón en una carrera nada favorable, al abrazo más famoso de la historia del running local. Ver como amigos y conocidos se enganchan a esto de correr o como una persona se emociona al cumplir su objetivo de terminar un pedazo de maratón son cosas que quedan grabadas a fuego en la memoria, y tener que verlas desde lejos, no es la mejor de las opciones.

Y así estoy.

Para más inri, del resto estoy como nunca. No recuerdo la última vez que tuve un resfriado (de gripe ni hablamos), estoy en 67 kilos (menos que nunca desde que corro) asimilando todo el trabajo del gimnasio y hasta he bajado mi hándicap*. Lástima que eso que une la rodilla con el tobillo no acompañe. Tenía un plan B, que era hablar con Pistorius, al que no le duelen las tibias desde hace mucho tiempo, pero se me ha chafado el invento, no hay quien localice a este hombre ahora.

A mí que no me gustaba el ultra fondo (en especial los ultra fondistas) y resulta que me estoy convirtiendo en uno, porque esto ya va para el año…

*Lo del handicap era una “licencia literaria”, aunque igual si me pongo…

Septiembre

Septiembre es un mes como cualquier otro, o quizá no.

Para los estudiantes suele ser un mes odioso, significa el final de su verano y el inicio del año lectivo, justo lo contrario de lo que piensan sus padres. Aumenta el tráfico en la ciudad, las playas empiezan a vaciarse, vienen las mareas del Pino, la subida a Teror, la fiesta del charco… A mí siempre me ha parecido que septiembre es el mes ideal para tomarse unas vacaciones, poca gente, buen tiempo, mejores precios que agosto… Luego recordé que era autónomo.

Si septiembre es el mes de la vuelta al cole, el de este año se ha convertido para mí en el mes de volver a correr. Dos meses era el tiempo previsto sin correr en éste último paro forzado y aunque se cumplieron a mitad de agosto, decidí alargarlo otros quince días, porsiaca…

En lo que a correr se refiere, el primer objetivo de estos meses fue no subir de peso aunque no por rendimiento ni por estética. La idea de empezar a entrenar poco a poco y sin forzar tras una fractura de estrés es incompatible con hacerlo con más peso que antes. Lo más ligero que he estado corriendo es sobre 68-69 kilos y ahora estoy en 71. Justo antes del parón pesaba 72, así que…

 

Otro objetivo fue fortalecerme muscularmente. Mucha carrera, los kilómetros y algo de dieta me dejaron más flojo de la cuenta. Fortalecer pantorrillas (gemelos, sóleos, tibiales y peroneos) era primordial para esta lesión. Algunas horas de gimnasio más tarde, parece que todo sigue en su sitio.

 

 

El tercer objetivo era no perder demasiado fondo así que bici estática y simulador de escalones me han acompañado estos dos meses. El hacer ejercicio aeróbico sin que te de el aire te hace sudar más de lo normal y además, en mi caso particular me aburre enormemente. Es tedioso aguantar más de 30 minutos pedaleando o en la elíptica, y lo es con música, con TV o incluso de charla con amiguetes. En acumulado habré visto unas 12 veces el España – USA de baloncesto en Teledeporte (y las que nos quedan). Otra cosa de dificultad suprema, es subirme las pulsaciones en esos ejercicios. Cuando uno corre, a poco que apriete los machos se pone fácil a 160-170 pulsaciones y con cierta capacidad de mantener esa zona cardíaca. En la bici o sucedáneos me resultaba imposible hacerlo, luego salieron sesiones de 25-35 minutos a 140-150 pulsaciones medias en mi verano particular. Imposible mejorar fondo de esta manera y complicado no perderlo, pero sirvió a su propósito de no dejar al corazón dormirse durante el parón y quemar alguna caloría. Se ve que eso de no tener a nadie en frente al que adelantar hace difícil aguantar el ritmo vivo.

Llegó septiembre y tenía que empezar a correr. También tenía que hacerlo de forma ligeramente diferente, ya que si no, con toda probabilidad, me volvería a fastidiar la tibia. Total, que hace unos días he estrenado zapatillas y ayer estrené plantillas ortopédicas que me han hecho a medida, según un estudio biomecánico. Los detalles los dejo, por que dan para otro post.

Confieso que me planteé no escribir nada más sobre mi lesión, no quería que ésto acabara pareciéndose al blog del pié de Fabián Roncero (sin acritud) o que me llamárais el pupas a partir de ahora. Pero pudo la vena solidaria, ya sabéis, por si ayuda a alguien que esté en situación parecida (o termina de hundirlo).

Dos semanas, seis salidas a correr. Empezando el primer día con sólo 15 minutos suaves y llegando hasta los 30 minutos, a razón de 5 minutos más cada día. Ayer me probé yendo un poco más rápido y me sentí de nuevo corredor, aunque de esto me di cuenta cuando al llegar a casa estaba más preocupado por los flatos y las ampollas de novato, que por la pierna, que por ahora no rechista… ¡Y que se mantenga así!

Pues si, septiembre puede ser un mes como cualquier otro, aunque espero poder recordarlo con una sonrisa en la cara dentro de unos meses.

Escozor

Pues sí, así es como tengo el culo últimamente. No es un bonito juego de palabras para referirme a los recortes del gobierno, ni me ha entrado ninguna alergia veraniega, es algo totalmente físico. Tras un mes de descanso absoluto, las últimas dos semanas he empezado a darle al noble arte del gimnasio, donde uno cambia el sudor del correr al sol y con brisa marina, por la mezcla de olores de perfume barato y sudor de hace tiempo. Este empezar en la vida activa (tampoco me estoy refiriendo a mi situación laboral) me ha traído añoradas sensaciones, como esa que perdemos rápidamente al dejar de correr, escuchar tu propio corazón, incluso sin querer.

Al escozor, si. No me ha pasado nada grave en el gimnasio, alguna agujeta que otra y tampoco he sufrido ningún ataque en los vestuarios. La cosa es que entre las pesas y los sillines, tengo el culo y las palmas de las manos como para hacerme un estudio… Del National Geographic. Me planifiqué un mini-calendario de entrenamiento, que he tenido que ir ajustando a ojímetro según el estado de mis posaderas. Uno ya no puede hacer bici cuando quiere. La elíptica prefiero dejarla para dentro de unas semanas, admito que no me gusta nada ese simulador de correr para nenas, pero es un paso intermedio más que necesario. Espero volver a correr antes de que la hipertrofia acabe con mis manos y, sobretodo, ya sabeis.

¿Qué se hace con un blog llamado hablandodecorrer.com cuando no corres? Podría hablar de cómo, cuánto y dónde corren los demás, pero para eso mejor que lo hagan ellos (¡y tan bien que lo hacen!)

He tenido mis impulsos claro, desde planificar la pre-temporada con sus ciclos y todo hasta borraros a todos de mis FEEDS para que no me deis envidia sana in corpore no sano. Así es uno. También me he perdido la subida a la montaña de Arucas (que es una de mis carreras favoritas aunque no sé muy bien por qué, quizá los recuerdos de las cronoescaladas de Le Tour hace mil años) y me perderé la de Teror, en la que el año pasado subí haciendo la goma todo el rato y acabé pidiendo la hora donde los Donuts. Me apetecía hacerla con el GPS…

Y además veo correr por todas partes, un día me voy a matar por la avenida marítima mientras conduzco mirando por el rabillo del ojo a los corredores, pero se ve que se me va pasando, ya abro el Internet Explorer (sí, soy de explorer, qué pasa) y casi termino de teclear wiggle punto algo, todo un logro a estas alturas.

Entre una tirada larga de domingo o verte la trilogía del murciélago de Nolan no hay color, pero en este caso lo primero, desgraciadamente, no era una opción. Guardadme sitio en Arkham, allá voy.

No-Go

Si pilotas un avión, antes del despegue (o incluso durante el mismo) tienes dos tipos de fallos posibles: Los go y los no-go. De los cientos de sensores y de los miles de kilómetros de cable que hay, algunos no son sistemas críticos y puedes pilotar el cacharro con seguridad hasta el destino. Con otros, no puedes salir.

Pues mi caso es el segundo, se confirma la fractura de estrés, que aunque lleva ya un tiempo ahí, el haber sentido algo de dolor estos días indica que no está sana y que es mejor parar que empeorar.

DOS MESES (OMFG) de secano, de paro, de subirme por las paredes… Castigado hasta septiembre, cual estudiante para reválida. Y lo peor es que la inscripción de la “Médicos del Mundo” quedará ahí, de recuerdo de lo que pudo ser y no fue… Menos mal que era benéfica, me haré a la idea de que me he inscrito en la fila cero.

Pero si, tenéis razón, lo miraré por el lado positivo… seguiré haciendo fotos (cabrones)

Este blog utiliza cookies para alguna de sus funciones. Haciendo click en el botón "continuar" hará desaparecer este mensaje. La información contenida en las cookies se utiliza para mejorar la navegación, recordando sus preferencias en esta página web.