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Crónica de la X media maratón MACAN

Correr en una zona costera restringida por ser territorio militar, no es algo que se pueda hacer todos los días. No es menos cierto que las zonas costeras, especialmente si están en el extremo este de cualquiera de las islas canarias auguran una serie de peculiaridades que, por decirlo de una manera suave, no agradan a todo el mundo. El viento no debería sorprendernos, de hecho esa base militar está en esa localización (junto con el aeropuerto) por esa presencia constante y asegurada del aire, que ayuda a realizar aterrizajes y despegues más seguros. Luego está el sol, que aunque es menos frecuente que el viento sigue honrándonos con visitas regulares, con permiso de la <<panza de burro>> claro.

Bajo estas condiciones el 1 de mayo viene celebrándose una de las carreras con más solera (que no <<solajera>> que también) de la geografía canaria, la Media Maratón y Vuelta Atlética del Mando Aéreo de Canarias, comúnmente conocida como <<La MACAN>>. Esta carrera tiene cosas que ahuyentarían a más de uno, pero que con el paso del tiempo, ha sabido hacer de sus principales desventajas (que no defectos) sus mayores virtudes. Un circuito a tres vueltas (una sola para la modalidad de 7km) lleno de toboganes, muchísimo viento en todas direcciones, mucho sol y nada de sombra y una segunda y tercera vueltas un poco solitarias por el efecto ahuyentador de la carrera corta (la que yo corrí).

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El viento ya apuntaba maneras al llegar…

Precisamente, todas estas condiciones desfavorables atraen a ese corredor bravo al que le seduce más un reto de lucha contra los elementos, que de lucha contra el crono. O incluso ambas inclusive. Los que somos más de crono, normalmente evitaríamos elementos (y distancias diferentes al cuarteto 5-10-21-42) pero permítame que en este caso haga una excepción. <<La MACAN>> es mucho más que una carrera, es una oportunidad fantástica de visitar una base militar, de estar rodeado de aviones, de sentir las losas de “concrete” por donde pisan los aviones camino del hangar y de ver como en el ejército, si algo saben hacer sobradamente, es ser eficientes organizando.

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Una de las rotondas por la que pasa la carrera

Por si todo esto fuera poco el enclave no puede ser mejor, una playa de esas que ya no quedan, natural y sin apenas <<rastro humano>>. Curiosamente en la playa, supongo que por el abrigo de la península de Gando, el viento se hace calma y permite disfrutar de ella de la misma manera que se hacía hace 50 años.

La bahía de gando, hace unos añitos

La bahía de Gando, hace unos añitos

Siete kilómetros de carrera no dan para mucha crónica, es básicamente un salir fuerte, aguantar el temporal y apretar al final. Como casi siempre, lo mejor de la carrera ocurre antes de la salida y después de cruzar la meta. En esta ocasión había bastante representación de amiguetes y ganas de <<naturalizar>> a alguno.

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Aqui con el gran @JonyOxford

Carrera corta = calentamiento intenso. Sin dudarlo demasiado me casco casi 5 kilómetros de calentamiento, entre trote, trote vivo, movilidad articular y rectas con progresiones. Al cajón. Aquí tenemos lo de siempre, la élite atlética local y los de <<vamos a ponernos aquí que parece que mola>>. Organizar cajones exige controlar los tiempos y marcas de los corredores y necesita mucha dedicación que quizá una carrera de este tamaño no necesite, pero no estaría de más unos consejos exprés por el speaker, que ahuyenten a los despistaos. Es más, me atrevería a decir que con poner un cajón simplemente delimitado con cinta haría que los que van a salir al trote les diera “cosica” de entrar.

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¡Salida! Foto de Rubén Cabrera

Minuto de silencio sepulcral en recuerdo de las víctimas del accidente del Helicóptero del SAR y el <<León de Becerril>> nos da la salida, previa ovación claro, no podíamos ser menos. Salimos a tope esquivando a los equivocaos y me centro en buscar compañeros para formar grupo y hacer la táctica rata de esconderme del viento. En el kilómetro uno se forma un buen grupo, de los que identifico al amigo Ángel Baena, Juan Saavedra y David Montesdeoca.

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El grupito. Obsérvese como venia Rafa pegadísimo por detrás… y el estaba haciendo la media maratón! Foto de Rubén Cabrera

Yendo tapado por el resto de compañeros el cuerpo me pide un pelín más de ritmo, pero el siguiente grupo está lejos e ir solo contra el viento da un poco de yu-yu. Giro de 180º cerca del km3 (entrada de la base aérea) y decido empezar a tirar (kilómetro 2 en 3:44 y yo quería hacer algo menos) y me sigue todo el grupo. A partir de aquí ya sólo me relevaría un chico al que alcanzamos sobre el kilómetro 4 y Ángel Baena que tira hasta el último giro de 180º en el punto más al sur de la carrera. Quedan 1500 metros y como voy bien subo un poco el ritmo y entro en meta en 25’45” haciendo 8º de la general y 7º de mi categoría.

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El verdadero valor de la carrera empieza en este momento, hamacas donde sentarse a quitarse el chip, avituallamiento perfectamente surtido (agua, bebida energética, pasteles varios, plátanos, naranjas…) y el acceso a la zona de masajes, con más de 10 camillas con hasta tres masajistas por camilla y un nada despreciable masaje de ¡10 minutos!. Después de todo esto voy a la meta a ver la llegada de Gonzalo y nos reunimos al final todos en la playa para dar este lamentable espectáculo:

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Gonzalo, Antonio, Yo mismo y Jony. Foto tomada por Ana, a la que no le gustaba nuestros pies (¡y con razón!)

Por si esto fuera poco, después de la entrega de trofeos la organización obsequia a participantes y familiares y amigos con una enooooorme paella, acompañada con pan, cerveza, bebidas energéticas, agua, fruta y postres variados. Valor, a esto se llama valor. Y si, supongo que uno puede presuponerle valor a una carrera del ejército ¿no?

Clasificación Vuelta Atlética (7k)

Clasificación Media Maratón (21k)

Su Gran Canaria Maratón

Maestro Pedro se despierta temprano, es domingo pero le da igual, ventajas de la jubilación dice. Pone la tele y como está harto de política le da al 7, que en su tele significa la autonómica. Se hace su café con leche y mientras se enfría baja a comprar pan. Cuando llega escucha una sintonía y a un presentador y comentarista hablar de celebración, competición, actividades…

-¡Coño! ¿Hay furbol tan temprano hoy?

Mientras se unta la mantequilla en el pan para luego mojarlo en el café con leche, las imágenes muestran planos cerrados de gente dando saltitos y carreritas cortas mientras la conversación fluye entre records, cifras mastodónticas e incluso actos solidarios, hasta tienen a una periodista entrevistando a gente en la línea de salida. De las cuatro partes del pan cortado longitudinalmente, ya sólo le quedan dos cuando se da la salida.

-¡ños chiquita locura, pues sí que hay gente ay (ahí)!

A los cinco minutos vuelve a coger el mando y se da otro paseo por los seis canales de rigor, pero decide quedarse en eso del Gran Canaria Maratón porque es algo canario y hay que apoyar lo nuestro y de paso se da un paseíto por la ciudad sin moverse del salón. Además, no siempre se puede ver algo que no sea futbol o folclore en la autonómica. Maestro Pedro se queda medio traspuesto y se despierta hacia el final de la emisión, la gente entra en la meta con caras de cansancio y alegría. A Mastropedro le extraña que muchos de los finishers no parezcan estar muy en forma, incluso muchos padres entran con sus hijos y hasta hay gente en silla de ruedas ¡qué barbaridad! La emisión acaba y Maestro Pedro hace otra vez zapping, como sólo hablan de política o marujeo y Maestro Pedro está bastante harto de ambas cosas, decide bajar a darse un paseo y así digerir mejor el desayuno. Mastropedro se encuentra con sus amigos de jugar al dominó y entre todos comentan lo bien bonito que se veía todo en esa carrera y que bien que se destine dinero a eso en lugar de que lo roben los de siempre.

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Entre tanto, los corredores están sin agua en el kilómetro 26 de 42 y los voluntarios se gastan dinero de su bolsillo en comprar agua, por que les da vergüenza ajena no tener nada que darle a los pobres corredores. Para más inri, esto YA pasó el año pasado. No puedo añadir nada a lo que ya han escrito otros y lo han hecho mejor que yo:

Reflexiones de Gonzalo (sosakurunner)

Crónica de Alejandro (pordondecorrer)

Crónica de Fran (superandoretos)

Crónica de Antonio (kmscontraelviento)

Crónica de Sergio (corriendoportenerife)

Tomás Soria (tomypeckrunhouston)

Las motos (sin comentarios…)

La carrera está siempre por encima de todos nosotros, pero permitidme hacer una deshonrosa excepción:

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Estos si que molan (Foto de Enrique Lang-Lenton)

Hay que decir que lo que si mejoró este año fuimos nosotros. La reunión pre-carrera del domingo fue la más multitudinaria que yo recuerde. De hecho este año doblamos y también nos vimos el sábado, donde aproveché personalmente para desvirtualizar al gran Tomás Soria (grande en todos los sentidos)

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¿Qué mirarán todos?

Probablemente esto:

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Entre los tres no llegamos a uno bueno

Despertador a las 6:00 (la carrera empieza a las 8:40) desayuno, ducha y al tajo. Llego con mucho tiempo y me encuentro a Gonzalo y Pancho, la veteranía es un grado y estar con tiempo de sobra quita tensión en momentos de nervios. Me sorprende la cantidad de gente que hay en la plaza de la fuente luminosa, en ese momento no tengo ni idea que hacen ahí, después del video que he puesto arriba, me doy cuenta que son del club motociclista “whatevertheywantstocallit” y que su misión es pasarse el domingo dando vueltas al circuito de la carrera en lugar de ir al monte.

Visitamos el guardarropa, que es un parking que está cerrado al público con problemas por obras, pero que no importa meter 6000 tíos ahí. Somos de los primeros en llegar y todo va rápido y fluido. Suena a coña, pero a las 8 de la mañana en Las Palmas de Gran Canaria con camiseta de tirantes hace frio. Mejor sentirse los pezones un rato que dar la nota e ir con leggins y manga larga toda la carrera en el paraíso sub-tropical.

Hay que calentar, voy al baño y… cerrado. Todos los baños químicos cerrados con bridas. Quedan 20 minutos para salir y los baños están cerrados, gracias a otros corredores nos apañamos para romper las bridas con unas llaves y podemos soltar lastre. Calentamos y al cajón. Chupamos cámara en el cajón de los pros y nos colocamos en la salida. Otra vez tres o cuatro en primera línea que no bajarían de 40 minutos (ni de 45). Igual no lo saben, pero el cajón es para el ritmo que eres o crees ser capaz de mantener ese día, no hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana.

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Disparo del que tiene el twitter en modo “exclusivo” y todos a correr. El objetivo era hacer los 7 primeros kilómetros a 3’40” y a partir de ahí desatar toda la furia contenida o meter la cabeza bajo tierra tipo avestruz de dibujos animados. Como siempre el primer kilómetro sale algo más rápido (sobre 3’25”) personalmente prefiero quemarme un poco en los dos primeros kilómetros y coger un buen grupo con el que taparme toda la carrera a clavar el ritmo y comerme todo el aire yo solo.

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Atentos al amigo del UAVA. Foto de Antonio José Rodríguez García

Hasta la avenida Mesa y López (kilómetro 3) voy adelantando a los sprinters que se han equivocado de especialidad, giro de 180º (chapuzas) y el ritmo medio ya marca 3’40”. Paso las calles Presidente Alvear y Luis Antúnez con un triatleta majete que me hace el trabajo sucio.

¡Gracias compañero!

¡Gracias compañero!

A la altura del Gobierno de Canarias veo el ritmo medio en 3’42” y el actual con picos a 3’55” aquello no me gusta nada y aprieto un poco. A estas alturas de carrera (kilómetro 5) iba bastante fresco, pero sabía que quedaba la subida de la calle Travieso y de la Catedral. Yo sigo a lo mío y cambio de “liebre” un par de veces en León y Castillo.

Foto de Zaplayeras.com

Foto de Zaplayeras.com

Algún día tendremos una Gran Maratón en esta ciudad y podremos correr esta calle de principio a fin, 4 kilómetros llanos y rectos no se pueden desperdiciar de esta manera. Llegamos a Triana primero y al tramo más duro del recorrido después, paso sendas rampitas mucho mejor de lo que esperaba, mala señal, es tarde para estar fresco.

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A partir de aquí aprieto los dientes pero reservando un cambio de ritmo más para el final, aquí adelanto algunos cadáveres que se arrastran por Triana (ole por ellos, el que no arriesga nunca gana) y paso a la primera de las féminas. El último kilómetro lo hago a 3:05 de media, síntoma evidente de que he vagueado bastante en la carrera.

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Ojito a la distancia que le llevaba al amigo del UAVA a 60 metros de la meta

Y una carrera así, sólo puede terminar de esta manera: ¡esprintando!

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Y mirad lo que me sacó en sólo 60 metros, sin palabras.

Tremendo final el que se marcó el amigo Nauzet, nada mas cruzar la línea de meta se dio la vuelta y nos saludamos a 200 pulsaciones (al menos yo, igual el estaba a 150…) lo mejor de la carrera. Si yo hice el último kilómetro cercano a los 3 minutos, seguro que él bajó de 2’55”, ¡que crack!

Los datos crudos de la carrera acaban con 36’37”, 34º de la general y 13º de la categoría Senior. A 26 segundos de la marca hecha en la Night Run y a 46″ de mi MMP. Tanto en la LPA Night Run como en esta carrera estaba para hacer mejor tiempo, en la Night Run me perjudicó el ir sólo los últimos 6 kilómetros y en ésta no tenía la motivación ni el entreno como para exigirme lo necesario, pero me estoy acercando y estoy siendo capaz de entrenar de manera sostenida sin lesionarme. Se acabó este mini-stage para los 10k, ¡Bienvenido sean los 21!

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Gran Canaria Maratón y otras carreras del montón

Sí, lo sé, las rimas no son lo mío. A lo que iba, temblad malditos porque el domingo es el Gran Canaria Maratón, se acerca el día D y la hora H. Podría decir quiénes son la Carmen Maura, la Eva Silva y la Alaska de toda esta historia, pero ya sabéis lo quisquilloso que es google y su caché. Y hablando de caché… ¿Alguien se lo ha visto a esta carrera? ¿Tiene esta carrera algo que la destaque de las demás? No le deis muchas vueltas, ya os lo digo yo: NADA.

Bueno si, aparte de reservarse el derecho de ser el único maratón con 42 kilómetros por asfalto en la isla (y tiene gracia que haya que aclararlo) también se la conoce como la reina del “compadre-style”. Hoy es día 21 de enero, lo que significa que quedan 5 días (y no es que yo sepa contar, es que la web oficial te lo dice) para la carrera:

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A cinco días de la carrera, aún no tenemos un programa de la misma, no sabemos si hay o no bolsa del corredor, ni cuál será el contenido. Obviamente tampoco sabemos cuál será el circuito definitivo, porque al fin y al cabo… ¿Qué nos importa a los corredores por dónde tenemos que correr? Lo gracioso es que la AIMS tampoco lo sabe, o al menos eso se deduce de su calendario oficial de carreras

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No se vosotros, pero yo no veo a la Gran Canaria Maratón

A las 12:53 de este mediodía, el gabinete de prensa de la organización Rafa falcón vía Canarias7 nos informa que la carrera de 10 kilómetros se adelanta a las 8:40 como medida para evitar un (más que probable) colapso en las zonas estrechas del recorrido. A cinco días de la prueba han venido a cambiar los horarios, debe ser que los inscritos de última hora desbordaron todas las previsiones… tal vez sea por Gebre…

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Gebrselassie mola si, pero mola corriendo.

Y hablando de Gebre… Para lo bueno y para lo malo, el atletismo no es fútbol. Quizá Messi llene él solo un estadio, pero dudo que exista un solo inscrito que haya venido por la contratación del gran Gebrselassie, entre otras cosas porque un apadrinamiento a poco más de 1 mes de la carrera poco efecto puede tener. ¡Ah sí!, se me olvidaba, es que tampoco corre. Y aunque personalmente estoy en las antípodas del proteccionismo, si la misma inversión (de haberla hecho con tiempo suficiente) se hubiese destinado a atletas de renombre españoles (véase Chema Martínez, Pablo Villalobos, Fabián Roncero, Tamara Sanfabio, etc.) que además son referentes en medios de comunicación (clásicos y modernos) hubieran llevado la prueba a “otro nivel”. ¡Ah si! Y además esos correrían con nosotros la plebe.

Y a todo esto, son las cinco y media de la tarde y la Web, Twiter y Facebook oficiales de la prueba siguen sin tener ni recorrido, ni noticias, ni programa, no se sabe nada del guardarropa, ni de los avituallamientos, ni de las liebres. Menos mal que todo esto no importa demasiado en una maratón, que si no…

Gracias a mi capacidad extracorpórea que me permite viajar en el tiempo, os voy a adelantar las grandes novedades que tendrá la edición de 2015, al más puro estilo mimesacojea.

  • Visto el masivo éxito del apadrinamiento, el consejero del cabildo y el periodista de cabecera, se ponen en contacto con el agente de Zatopek para su contratación. El agente les sigue el rollo y acaba denunciado por incomparecencia el día de la prueba. Durante el juicio los denunciantes alegan que les parecía un buen negocio, ya que correría las tres pruebas.
  • Una vez conseguido ser la mejor maratón de Enero del planeta, la organización se pone como objetivo ser la mejor maratón del mundo mundial, total, ya cuenta con el mejor clima del  mundo, los mejores inscritos del mundo, el mejor recorrido del mundo, los  mejores servicios públicos del mundo. Obviamente los precios van acorde a semejante objetivo.
  • Como la crisis no parece remontar, hacen un copy&paste de la web y superponen con photoshop un 5 en lugar del 4 del 2014. La web obtiene el record histórico de visitas y Canarias7 un domingo lo titula: “El prodigio de las TIC inunda el Gran Canaria Maratón
  • La organización contrata a Enrique Dans, que además de ser el primer español en hacerse selfies poniendo caras interesantes con cejas asimétricas, es un tío que sabe mucho de todo. Obliga a la organización a migrar todo a software libre, porque este sí que es el año, o casi.
  • Se aprueba un decreto por el que ninguna carrera puede tener ni más inscritos ni más conciertos que la Gran Canaria Maratón. En la foto sale el consejero dándose la mano a si mismo.
  • La compañía cervecera Erdinger deja de patrocinar el Gran Canaria Maratón. El día de la carrera cuando los corredores llegan a meta se forma un motín que deja centenares de heridos, los más graves los del stand del Powerade.
  • Como correr ya no tiene gracia y la San Silvestre tuvo tanto éxito, en apoyo a la cultura y a nuestros ancestros hay que correr en traje típico andaluz y tirar de las tartanas de la calle La Naval.
  • En un claro guiño a los atletas escandinavos (12 en total) la organización suministra guantes y gorro como prenda estándar en la bolsa del corredor.

A pesar de todo esto, estoy inscrito e iré a correr, aunque con pocas ganas de hacerlo y con muchas de que algún día esta prueba tenga detrás una organización a la altura de la inversión y de lo que la gente espera de ella.

Desnudando la Behobia

A continuación subo la crónica que José Lobillo ha escrito de su segunda aventura en la popular carrera. ¡A ver si lo convencemos y nos regala más experiencias en el futuro!

¿Qué es la BEHOBIA–SAN SEBASTIÁN? Estoy convencido que un gran número de amantes del running conocen o han escuchado hablar con admiración de la mítica carrera Behobia-SS. Esta 49ª prueba ha sido mi segunda participación como corredor popular, y me gustaría ofrecer unas humildes pinceladas de mi experiencia y del valor humano de este evento que me ha robado mi corazoncito runner. Algunos datos muy generales de esta prueba, para hacerse una idea de sus peculiaridades, son los siguientes:

  • Recorrido. Aproximadamente unos 20 Km, distancia no homologada, pero siempre comienza y termina en los mismos puntos de Behobia y Donostia.
  • Perfil de la carrera. Una subida de 2,5 Km (el Gaintxurizketa), zonas de toganes rompiernas que parecen no tener fin y una subida de 1000 m (el Alto de Miracruz) en el Km 16 de carrera. Un recorrido muy duro y exigente.
  • Climatología. O lluvia (casi garantizada); o fuerte viento; o frío. O todo junto.

Perfil

Pues bien, a pesar de no ser una media maratón, de tener un perfil terrorífico y una climatología espartana, esta 49ª Behobia ha tenido más de 28000 inscritos. Da qué pensar, ¿no?

Aseguran muchos maratonianos que una vez en la vida hay que participar en la maratón de New York; y eso a pesar de no ser el que mejor recorrido, perfil y climatología posee. Yo estoy convencido de que si te gusta correr –da igual tu nivel y tus marcas-, tienes que comprobar por ti mismo qué es y qué se siente al formar parte como corredor de una Behobia-San Sebastián. A continuación ofrezco un sencillo compendio capitulado de mi viaje a tierras vascas y de los aspectos que me resultan más seductores para caer en la telaraña de la Behobia.

I. SAN SEBASTIÁN/DONOSTIA.

Un gran aliciente para participar en la carrera es la oportunidad de conocer esta bellísima urbe, a orillas del mar Cantábrico, de la que no cuesta mucho enamorarse. No me voy a poner en modo “guía turística”, pero señalar que el Paseo de la Concha es un lugar inigualable y que su gastronomía te arrastrará sin remedio hacia la gula más placentera y pecaminosa.

Donostia

II. EL AMBIENTE PRECARRERA.

Llego a Donosti a las ocho y media de la noche del viernes 8 de noviembre de 2013, procedente de Las Palmas de Gan Canaria. Deshago la maleta en la misma pensión donde me alojé en el 2012, un sitio pintoresco con habitaciones limpias y cómodas, muy familiar y enclavado en plena Alameda del Boulevard: un lugar de privilegio para un runner, pues aquí se enclava el arco de meta de la Behobia. No hay nada como llegar destrozado, recoger la mochila en el ropero y pegarse una ducha de agua caliente en apenas cinco minutos.

Esa misma noche he quedado con los miembros de mi equipo, la Bolsa del Corredor – Diario Sport de Barcelona, en la sidrería de un pueblo en el extrarradio de Donosti. Me recogen Francis Campos y David Bautista –flamantes y exitosos debutantes en el Frankfurt Maratón apenas doce días antes-, junto a las guapísimas Rocío y Laura. La bodega es un caserío y está hasta los topes, pero nos han guardado sitio en una de sus largas mesas, pues entre corredores y acompañantes teníamos una reserva de treinta y tantos comensales.

Durante la estupenda velada pude desvirtualizar a muchos componetes de la BC Team, además de saludar a los miembros que conocí este verano en Lanzarote. Prefiero no hacer valoración alguna de la sidra, la tortilla de cola de bacalao, la merluza, el chuletón y los postres (tejas, cigarritos y queso con carne de membrillo), y es que ningún adjetivo calificativo puede llegar a estar tan sabroso. Esto es lo bueno de comer siempre tan sano (fruta, verdura, pasta, arroz… ), cuando pruebas algo bien cocinado y con magnífica materia prima, el sabor se multiplica por veinte en tu paladar y terminas teniendo un orgasmo sensorial –ejem-. Fui uno de los más comedidos del grupo y llegué a la pensión a las tres de la mañana. Sin duda una noche imborrable.

A la mañana siguiente nos encaminamos al Velódromo de Anoeta, donde se encuentra ubicada la Feria del Corredor. Recogemos los dorsales con gran fluidez y curioseamos entre los stands. El ambiente y el escenario son inmejorables.

III. LA ESTRATEGIA.

Establecer objetivos objetivos es algo realmente complicado. Ser demasiado ambicioso o demasiado humilde puede dejar un sabor agridulce al final de la prueba. Teniendo en cuenta mi estado de forma y la preparación hacia mi debut en enero en la Disa Gran Canaria Maratón 2014, y contando que las carreras de 10 Km que he disputado desde septiembre se han saldado, una tras otra, con MMP, me he decantado por apostarlo todo a una carta: voy a seguir a la liebre que habrá en mi cajón de salida (el color verde), y que marcará 1h20’. Teniendo en cuenta que el año pasado mi crono fue de 1h25’, se puede considerar una locura, aunque mi lado cuerdo me consuela diciéndome que si en el Km 10 voy sufriendo, bajaría el ritmo para no tener una petada monumental y conservar posibilidades de mejorar marca.

Pero, ay, todas las carreras son perfectas en nuestra mente o sobre el papel, en las tripas de una calculadora o en los valles de una gráfica, pero la carrera siempre –siempre- termina por colocarnos en nuestro sitio.

IV. LA CARRERA.

10 de noviembre de 2013. A las 7:00 am desayuno en la habitación de mi pensión un buen trozo de bocadillo con jamón cocido, un zumo de naranja y una barrita de cereales. Hasta las 10:03 no tengo la salida, de modo que tendré la digestión garantizada.

Me encamino hacia la estación de RENFE y me apretujo en un vagón de tren con todo tipo de corredores, de todas partes, con acentos de muchas regiones además de muchos franceses. Los hay de todas las edades y condición: amantes del minimalismo o de los gadgets, corpulentos tipos acostumbrados a la montaña o afilados pisteros, semiprofesionales y joggers… Todos con la ilusión de participar en la Behobia y alcanzar la meta con los brazos alzados.

En menos de treinta minutos llegamos a Irún, donde la organización nos conduce a buses lanzadera que nos alcanza a las afueras de Behobia. Desde aquí unos diez o quince minutos caminando con tranquilidad y llegamos al lugar donde se dará la salida, una extensa explanada con estación de servicio y una hilera de camiones que sirven de guardarropa.

Salida

A diferencia del 2012, el cielo está encapotado pero no cae el Diluvio Universal, lo cual consigue un fantástico y colorido ambiente festivo con miles y miles de corredores que van de un lado a otro. Encuentro a algunos componentes de la Bolsa del Corredor y nos hacemos la foto de grupo. Me pongo a calentar con ellos hasta completar 3 Km con algunos progresivos finales.

BC Team

Quince minutos antes de la salida me recluyo en mí mismo, me concentro en la carrera y me coloco en la parte delantera de mi cajón –o corral, como dicen en otros lugares-. Para relajarme un poco en esos momentos de tensión, siempre realizo un chistoso juego para motivarme: busco a mi antagonista, un rival acérrimo al que tengo que batir a toda costa. En esta ocasión me fijo en alguien con equipación completa de atletismo. Es más bajo que yo, pero el doble de ancho y con músculos hasta en las orejas. Está totalmente rapado al cero y tiene un gesto de determinación que asusta, está dispuesto a devorar cada kilómetro del recorrido sin masticarlos siquiera. Las arterias de sus piernas están a punto de estallar. Decido bautizarlo como Terminator, y memorizo el número de su dorsal.

En medio de la música a toda pastilla un DJ anima al público y la atmósfera es electrizante. El viento pega fuerte pero sigue sin llover. Por fin comienzan las salidas escalonadas. Mi cajón es la tercera oleada de las diecinueve previstas. Como comenté antes, las estrategias están muy bien en el papel, pero después te encuentras con una infinidad de variables e imprevistos que no podemos controlar. Busco el banderín de la liebre de 1h20’ y no está por ninguna parte. No me lo puedo creer, la primera en la frente. Decido enrabietado ir a 4:00 el kilómetro y localizo al Terminator cerca de mí. Estoy dando saltitos y nuestro turno es el siguiente…

Cuatro… Tres… Dos… Uno… ¡Pum! Activo mi cronómetro y salgo disparado desde la segunda o tercera fila. En los primeros compases intento buscar un hueco en un lateral y acompasar mi ritmo. Comienza a pasarme una oleada ingente de corredores, pero controlo que no me arrastren con su estampida, porque a muchos se les acabará el fuelle en pocos kilómetros. De repente el Terminator pasa a mi lado como una exhalación… Pero aún queda mucho para echarle el guante.

Pistoletazo de salida

Km 0-2. Recta totalmente llama que discurre junto al río Bidasoa. Voy a 3:55 y decido disminuir el ritmo a pesar de que no paran de adelantarme gente. Hemos salido 2500 runner con dorsal verde. Se nota el viento pegando de cara.

Km 2-4. La carrera discurre por el centro de Irún con una subida de 200 m al inicio. Ahora cuesta trabajo avanzar con soltura por la densidad de participantes (muchos de ellos son los que salieron como balas y ya van asfixiados). Sigo a un veterano atleta de Hernán que se mueve con soltura y va recriminando a los que se cruzan sin mirar. Mantengo el ritmo a 4:03 y el público es muy numeroso.

Km 4-6. En cuesta la primera parte –unos 300 metros- y después pequeñas subidas y bajadas por Ventas de Irún. La gente anima sin parar y voy manteniendo a 4:02. Aclarar que mi reloj es un sencillo Garmin Forerunner 110, el cual tengo configurado para que me ofrezca en pantalla el tiempo de carrera, la distancia recorrida y el ritmo general acumulado; por lo que no puedo saber el ritmo en cada kilómetro. Pero bueno, ya me acostumbré a correr así y me controlo bastante bien. Creo que fue en este tramo cuando, entre los miles de corredores, alguien del público me reconoció del encuentro de la sidrería y me dijo algo así como “¡Vamos ese canario de la BC!”. Menudo subidón. Aunque no recuerdo vuestro nombres por culpa de mi memoria de pez… ¡Muchas gracias!

Km 6-8,5. El alto de Gaintxurizketa es todo subida sin descanso. Porcentajes suaves al principio que se van endureciendo progresivamente. Justo al comienzo ya diviso al Pirata, que se ha convertido en uno de los símbolos de esta carrera. Se trata de Jaime Alzugaray, y todos los años aparca su furgoneta con música heavy a todo volumen, mientras él, vestido de bucanero, anima y agita la ikurriña y la bandera negra con la calavera y las dos tibias cruzadas. En este punto decido incrementar el nivel de esfuerzo para no perder mucho tiempo en la subida. Dos corredores de trail del mismo equipo pasan a mi lado y me engancho a ellos. Supongo que esta cuesta será pan comido para ellos… Pero 500 metros más arriba los dejo atrás y sigo avanzando con la respiración agitada y luchando contra el viento. Al coronar la cima mi ritmo ha caído a 4:07. Me lo tomo con resignación y sigo adelante.

Km 8,5-12. La carretera de Lezo es la zona de los toboganes, repechos de 50 a 100 metros de larga, auténticos rompepiernas. Muchos runners se tiran a tumba abierta en las bajadas, pero yo las controlo para no sobrecargar los cuádriceps y mantener velocidad en las subidas. El ritmo baja lentamente hasta 4:04. En el Km 10 me tomo el gel que llevo encima con varios sorbos de agua. El público sigue alentando nuestra marcha y el viento en contra no cesa ni un instante. ¿Dónde se habrá metido el Terminator?

Km 12-16. Al puerto de Pasajes lo llaman “El Desierto” por la escasez de público. Es totalmente llano, suelo irregular y algunos raíles. Llegados a este punto sin cuestas, mi terreno predilecto, me transformo en un enterrador: a partir de ahora y hasta el final de la carrera sólo recogeré cadáveres. Me pongo en velocidad crucero y empiezo a adelantar a corredores a mansalva. Imagino que iré por debajo de cuatro minutos por kilómetro, pues el ritmo total baja a 4:02. ¡¡¡Vaaaaaamos!!!

Km 16-18. El Alto de Miracruz es una dura subida de un kilómetro, tras la cual se desciende por la avenida de Ategorrieta hacia San Sebastián. En este punto tuve que tomar una importante decisión. No quería perder tiempo (el año pasado la ascensión se me hizo interminable), pero tampoco quería desfondarme en la subida. Finalmente apreté los dientes y decidí que ya era hora de sufrir de verdad. Aquí el público te lleva en volandas, abarrota las aceras y no para de animar: “¡Aúpa José! ¡Oso ondo!” Voy lanzado cuesta arriba y me abro camino por uno de los laterales buscando hueco y el calor de los espectadores. Lo estoy dando todo… ¡Y antes de darme cuenta he llegado a la cima! En la bajada me relajo e intento recuperar el resuello. Hecho un vistazo al Garmin… ¡¡¡Y marca 4:03!!! Sólo he perdido un segundo de ritmo. No estoy para tirar cohetes, pero aún tengo al alcance de la mano la ansiada marca de 1h20’.

Marabunta

Km 18-19. Recta hacia la playa de Zurriola por la avenida de Navarra, atravesando el barrio de Gros. Al llegar a terreno llano decido volver a sufrir al máximo y subo un punto de intensidad en la zancada. Desde aquí a meta el público es innumerable y su apoyo compensa las fortísimas rachas de viento que impide nuestro avance. De repente, oh sorpresa, alguien me adelanta. No, no es Terminator, pero no puedo evitar una sonrisa al ver una tortuga dibujada en la camiseta del único runner que ha osado atacarme en varios kilómetros. Pero yo sigo a lo mío, al límite de mis fuerzas, manteniendo el esfuerzo constante, hinchando el pecho con bocanadas de aire, braceando con fuerza para coger impulso, inclinando el cuerpo hacia delante para que la gravedad me ayude a avanzar… Y entonces comienzan las rachas de viento huracanado. Concretamente una me deja prácticamente clavado y sujetándome la gorra para que no volara. Hecho una ojeada al Garmin y veo un 4:02 que me infunde optimismo.

Km. 19-20. Avenida de la Zurriola, con el Palacio de la Kursaal a la derecha, Puente del Kursaal y todo recto hasta la Alameda del Boulevard. Tras el kamikaze giro a la izquierda, por fin me enfrento al último kilómetro de la Behobia. ¿Cuál es la diferencia entre el sufrimiento y la agonía? Tras dos años de duro entrenamiento y pruebas de 10K y media maratón, ya tengo una ligera idea. Ahora mismo creo que soy capaz de agonizar durante cuatro minutos sin sufrir un desvanecimiento, de modo que aprieto los dientes más fuerte aún y corro a muerte, sin reservas, alargando el paso y la frecuencia. La cantidad de público que vocifera y alienta es impresionante, más aún cuando vas a tumba abierta y grita tu nombre para darte fuerzas, para trasvasarte la energía suficiente para que tu triunfo también sea un poco el suyo. Sigo dejando atrás a racimos de corredores, avanzando por un lateral, casi rozando a los espectadores, cuando dos atletas me cierran contra las vallas, y a pesar de pedirles paso, me ignoran y tengo que frenar y echarme a un lado para esquivarlos. Faltan 500 m y el Garmin me chiva que voy a 4:01. Los síntomas de la agonía son cada vez más fuertes: los pulmones me arden, las piernas se vuelven pesadas, el dolor es un todo que me envuelve y me obliga a jadear con fuerza y lanzar algún que otro gemido bastante intenso. Mi rostro de corredor hierático se vuelve “regañao” (como diría el señor Robaina). Tengo a Pulgarcito dándome ánimos en un hombro y al tío del mazo mirándome con una sonrisa ladina en el otro. No puedo más. Sólo otra zancada. Una más. Y otra.

Agonía

Ya no pienso con claridad, pero a cincuenta metros por delante hay un tipo con –por lo menos- quince kilos de peso más que yo, y aprieto para alcanzarle. Ya cualquier estupidez sirve a motivación. El viento en contra pega una barbaridad. Levanto la cabeza… ¡Y creo divisar al Terminator! Los últimos doscientos metros son brutales, pero le doy alcance para descubrir que no es él. En el Garmin veo un 4:00 y los metros finales los hago completamente extasiado, como si fuera en una nube y sin las típicas arcadas que me suele provocar el límite de la agonía. El display de meta pone 1h22’, y por unos instantes me quedo de piedra, no me cuadran los tiempos, aunque de inmediato comprendo que mi cajón salió tres minutos más tarde del tiempo oficial. Compruebo mi cronómetro y marca ¿1h19’17’’? No me lo puedo creer. Lo celebro conmigo mismo y saludo a los jadeantes corredores que están a mi alrededor. La satisfacción de haberme superado a mí mismo me hace olvidar el cansancio por completo.

Y ahora es cuando se puede comprobar otra de las grandezas de la Behobia. La formidable organización y el exquisito trato del primero al último en llegar, te hacen sentir como si hubieras sido el ganador. Me quitan el chip de la zapatilla, me colocan la medalla y me dan bolsas de avituallamiento. En dos minutos ya tengo hasta mi mochila del guardarropa. La carrera ha terminado y estoy eufórico, casi me dan ganas de seguir corriendo –es broma- y de ponerme a bailar breakdance en el suelo –ejem-. La 49ª Behobia-San Sebastián ha finalizado para mí, aunque aún quedan un par de horas para que lleguen el resto de participantes y sientan el orgullo de ser finishers, de atravesar la meta como auténticos campeones. Ese momento no se puede describir; hay que vivirlo.

V. LA POSTCARRERA.

Tras ducharme y mientras picaba algo en la pensión, recibo la inesperada llamada de Amagoia, una amiga de Canarias que ahora vive en Amurrio, y que ha venido a ver la carrera y a animarme. Paso un rato entrañable con ella y su familia, disfrutando del gran ambiente que hay en el casco antiguo. Qué ilusión encontrarlos, en verano volveré a verlos en Gran Canaria.

Respecto al resultado final de la carrera, decir que ganó Pedro Nimo del Oro en categoría chicos y Claudia Behobide en las valientes chicas. También comprobé que el Terminator llegó a meta treinta segundos antes que yo, de modo que, desde el cariño de esta crónica, ¡ENHORABUENA CAMPEÓN!

Esa noche me toco cenar en solitario, pues la mayoría del equipo se marchaba a Barcelona esa misma tarde. Y mientras tomaba pintxos en un coqueto sitio de la calle San Martín, la dueña me dio una noticia que ensombreció mi sonrisa y mi estado de euforia: una chica de veintinueve años había fallecido a dos kilómetros de meta. Desde estas líneas mi pequeño homenaje a A.E., todo mi cariño a su recuerdo y a su familia y amigos. Cuando sucede algo así me quedo sin palabras. Aquí os dejo un enlace a la emotiva crónica del ganador de la carrera, Pedro Nimo, os aseguro que merece mucho la pena leerla porque expresa los sentimientos de todos ante lo sucedido y refleja en su crónica la humildad de un auténtico campeón en todos los sentidos:

Pedro Nimo

VI. LA BOLSA DEL CORREDOR – DIARIO SPORT DE BARCELONA

Hace apenas tres meses que pertenezco a este club y ya me siento parte de la familia. Desde el primer momento me han acogido con gran cariño, y quiero expresarles mi gratitud a Joan, Francis, David Bautista, Rocío, Laura, David Aouita, Sandra, Alfonso, Miquel, Carlos… Y a todos aquellos que he conocido en persona este fin de semana y que mi memoria –no ya de pez sino de mosquito- me impide plasmar aquí sus nombres. Y mención especial a José Castilla, el fantástico atleta e infatigable entrenador de la BC que está logrando que rompa algunas marcas y barreras que antes creía inalcanzables. Aquí están los sensacionales resultados del equipo en la 49ª Behobia-SS:

Clasificación Behobia

VII. CONCLUSIONES.

Para los amantes del “What if…”, señalar que el bloguero Gabriel Beldarrain ha confeccionado una genial entrada sobre la influencia del viento en esta edición de la Behobia, elucubrando una pseudocientífica teoría con comparativas de atletas y marcas que, con gran veracidad, llega a la conclusión de que se debería restar un 2,71% del tiempo final para obtener la marca sin viento. Siempre es interesante cualquier conjetura para mejorar marca sobre el papel. Aplicando el hallazgo del profesor Beldarían, a un humilde servidor le saldría un crono de 1h17’08’’. ¡Bueno, parece que ya tengo reto para el próximo año!

Mientras termino de confeccionar esta crónica, voy recopilando algunos datos finales ofrecidos por la organización. En esta 49ª Behobia-SS se inscribieron más de 28000 corredores (destacando los 8000 guipuzcoanos, 4500 catalanes, 2500 navarros, 2500 madrileños, 2300 franceses y un grupo de 400 holandeses). Llegando a meta 23590 runners de los 23617 que finalmente tomaron la salida. Señalar las 1800 descalificaciones por salir antes de tiempo. También me han llegado noticias de que a una determinada hora se agotaron las medallas de finisher que tan amablemente te cuelgan en meta. La organización se ha apresurado a señalar una dirección de correo electrónico para comunicar el caso y mandarla por correo postal (que cada uno lo valore como le parezca oportuno, pero qué duda cabe que es un detalle feo). El excedente de los avituallamientos, unos 845 Kg., serán destinados al Banco de Alimentos de Guipúzkoa.

Soy consciente de que he confeccionado una crónica bastante extensa, pero os aseguro que no he relatado ni una quinta parte de todo lo que podría contar de mi estancia en Donosti. A veces pocos días dan para mucho.

Espero que leyendo estas líneas te entre el gusanillo y te apetezca participar el próximo año en esta inigualable carrera, porque la próxima edición será única e histórica: en el 2014 se celebrará la 50ª Behobia-San Sebastián.

Finisher

Yo haré todo lo posible por estar allí… ¿Y tú?

Nike Flyknit Racer

En vista de lo bien que me ha ido con mis últimos dos pares de Nike Lunaracer, he decidido ser fiel a la marca de Oregón y calzarme las nuevas Flyknit para carreras cortas y entrenos rápidos. Desde las ya extintas Adidas Adizero Pro no me calzaba unas voladoras <<de verdad>> y ha sido ponérmelas y subirme desde los pies hasta la cabeza esas sensaciones únicas que te transmiten unas zapatillas tan radicales.

A simple vista no tienen pinta de radicales, se ven bastante normales y salvo la versión multicolor (maldita sea, agotadas hasta en Wiggle) no llaman demasiado la atención, cosa que siempre se espera de las zapatillas de esta gama. Pero la radicalidad está en sus números: 158 gramos en total. El upper (que pesa sólo 34 gramos…) es de punto, si si, como las bufandas de las abuelas.

Nike-Flyknit-Racer

Si hay algo que me gusta de Nike, es su capacidad de vendernos una cosa hoy y la contraria en unos meses. Hasta hace muy poco “Flywire” era la novedad, un tejido cercano al plástico, muy rígido y ligero, muy poco transpirable… Ahora lo más de lo más es el punto, muy elástico y lleno de agujeros para facilitar el flujo del aire. Ya sabéis, estos son mis principios, si no os gustan… tengo otros.

provsflyknit3

Lo blanco de la puntera es un calcetín que he metido dentro. Sin duda alguna son las zapatillas mejor ventiladas que he tenido nunca.

Una vez en los pies, lo primero que se nota muy diferente a cualquier otra voladora es la elasticidad al ponértelas. Si eres de los que no se lazan muy fuerte, puedes llegar a calzártelas sin tener que deshacer el lazo, ya que la boca cede muchísimo. Esto mismo hace que a los que nos gustan sentir las zapatillas <<muy pegadas>> necesitamos apretarlas muuuucho. No sé si es por este hecho, pero son las primeras Nike en mucho tiempo que me quedan un pelín grandes (y siempre compro la misma talla). En el upper echo en falta el típico ojal doble para los cordones, que a mí me gusta mucho usar y me dan sensación de sujeción. En este caso, para esa función han usado los ojales superiores para cerrar la zapatilla al tobillo.

Nike-Flyknit

En esta foto se ve como el primer ojal ayuda al cierre del tobillo y el resto al ajuste típico del empeine

Tras los primeros pasos nos damos cuenta de que la suela es muy rígida y la amortiguación es dura, con mucho más recorrido en el talón que en el antepié. Como todas las voladoras diseñadas para rendir, no esperes absorción de ningún tipo, aquí al aterrizar te das cuenta que o tu cuerpo trabaja para asimilarlo o mejor te las quitas. El apoyo para el arco plantar es muy muy ligero, pero aún así da un poco más de soporte que otras zapatillas similares.

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Dos detalles muy bien resueltos de la zapatilla son el amplísimo tirador del talón para calzártelas (caben hasta dos dedos para hacer fuerza más que de sobra) y el doble hueco para pasar los cordones en la lengüeta. En comparación lateral directa con las Adidas Adizero Pro, se ve claramente como las Flyknit van bastante más altas.

provsflyknit

En resumen, creadas por Nike para que sus atletas la usaran en la maratón de los juegos olímpicos de Londres 2012, las Flyknit Racer son las voladoras más radicales sin clavos de la marca, muy ligeras, duras y excelentemente ventiladas. Para los paquetes populares, básicamente nos sirven para mejorar nuestro ego unas décimas e inyectarnos una buena cantidad de motivación. 139.50€ en Wiggle

flyknit

¡Pero son taaaaaan bonitas!

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