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Desnudando la Behobia

A continuación subo la crónica que José Lobillo ha escrito de su segunda aventura en la popular carrera. ¡A ver si lo convencemos y nos regala más experiencias en el futuro!

¿Qué es la BEHOBIA–SAN SEBASTIÁN? Estoy convencido que un gran número de amantes del running conocen o han escuchado hablar con admiración de la mítica carrera Behobia-SS. Esta 49ª prueba ha sido mi segunda participación como corredor popular, y me gustaría ofrecer unas humildes pinceladas de mi experiencia y del valor humano de este evento que me ha robado mi corazoncito runner. Algunos datos muy generales de esta prueba, para hacerse una idea de sus peculiaridades, son los siguientes:

  • Recorrido. Aproximadamente unos 20 Km, distancia no homologada, pero siempre comienza y termina en los mismos puntos de Behobia y Donostia.
  • Perfil de la carrera. Una subida de 2,5 Km (el Gaintxurizketa), zonas de toganes rompiernas que parecen no tener fin y una subida de 1000 m (el Alto de Miracruz) en el Km 16 de carrera. Un recorrido muy duro y exigente.
  • Climatología. O lluvia (casi garantizada); o fuerte viento; o frío. O todo junto.

Perfil

Pues bien, a pesar de no ser una media maratón, de tener un perfil terrorífico y una climatología espartana, esta 49ª Behobia ha tenido más de 28000 inscritos. Da qué pensar, ¿no?

Aseguran muchos maratonianos que una vez en la vida hay que participar en la maratón de New York; y eso a pesar de no ser el que mejor recorrido, perfil y climatología posee. Yo estoy convencido de que si te gusta correr –da igual tu nivel y tus marcas-, tienes que comprobar por ti mismo qué es y qué se siente al formar parte como corredor de una Behobia-San Sebastián. A continuación ofrezco un sencillo compendio capitulado de mi viaje a tierras vascas y de los aspectos que me resultan más seductores para caer en la telaraña de la Behobia.

I. SAN SEBASTIÁN/DONOSTIA.

Un gran aliciente para participar en la carrera es la oportunidad de conocer esta bellísima urbe, a orillas del mar Cantábrico, de la que no cuesta mucho enamorarse. No me voy a poner en modo “guía turística”, pero señalar que el Paseo de la Concha es un lugar inigualable y que su gastronomía te arrastrará sin remedio hacia la gula más placentera y pecaminosa.

Donostia

II. EL AMBIENTE PRECARRERA.

Llego a Donosti a las ocho y media de la noche del viernes 8 de noviembre de 2013, procedente de Las Palmas de Gan Canaria. Deshago la maleta en la misma pensión donde me alojé en el 2012, un sitio pintoresco con habitaciones limpias y cómodas, muy familiar y enclavado en plena Alameda del Boulevard: un lugar de privilegio para un runner, pues aquí se enclava el arco de meta de la Behobia. No hay nada como llegar destrozado, recoger la mochila en el ropero y pegarse una ducha de agua caliente en apenas cinco minutos.

Esa misma noche he quedado con los miembros de mi equipo, la Bolsa del Corredor – Diario Sport de Barcelona, en la sidrería de un pueblo en el extrarradio de Donosti. Me recogen Francis Campos y David Bautista –flamantes y exitosos debutantes en el Frankfurt Maratón apenas doce días antes-, junto a las guapísimas Rocío y Laura. La bodega es un caserío y está hasta los topes, pero nos han guardado sitio en una de sus largas mesas, pues entre corredores y acompañantes teníamos una reserva de treinta y tantos comensales.

Durante la estupenda velada pude desvirtualizar a muchos componetes de la BC Team, además de saludar a los miembros que conocí este verano en Lanzarote. Prefiero no hacer valoración alguna de la sidra, la tortilla de cola de bacalao, la merluza, el chuletón y los postres (tejas, cigarritos y queso con carne de membrillo), y es que ningún adjetivo calificativo puede llegar a estar tan sabroso. Esto es lo bueno de comer siempre tan sano (fruta, verdura, pasta, arroz… ), cuando pruebas algo bien cocinado y con magnífica materia prima, el sabor se multiplica por veinte en tu paladar y terminas teniendo un orgasmo sensorial –ejem-. Fui uno de los más comedidos del grupo y llegué a la pensión a las tres de la mañana. Sin duda una noche imborrable.

A la mañana siguiente nos encaminamos al Velódromo de Anoeta, donde se encuentra ubicada la Feria del Corredor. Recogemos los dorsales con gran fluidez y curioseamos entre los stands. El ambiente y el escenario son inmejorables.

III. LA ESTRATEGIA.

Establecer objetivos objetivos es algo realmente complicado. Ser demasiado ambicioso o demasiado humilde puede dejar un sabor agridulce al final de la prueba. Teniendo en cuenta mi estado de forma y la preparación hacia mi debut en enero en la Disa Gran Canaria Maratón 2014, y contando que las carreras de 10 Km que he disputado desde septiembre se han saldado, una tras otra, con MMP, me he decantado por apostarlo todo a una carta: voy a seguir a la liebre que habrá en mi cajón de salida (el color verde), y que marcará 1h20’. Teniendo en cuenta que el año pasado mi crono fue de 1h25’, se puede considerar una locura, aunque mi lado cuerdo me consuela diciéndome que si en el Km 10 voy sufriendo, bajaría el ritmo para no tener una petada monumental y conservar posibilidades de mejorar marca.

Pero, ay, todas las carreras son perfectas en nuestra mente o sobre el papel, en las tripas de una calculadora o en los valles de una gráfica, pero la carrera siempre –siempre- termina por colocarnos en nuestro sitio.

IV. LA CARRERA.

10 de noviembre de 2013. A las 7:00 am desayuno en la habitación de mi pensión un buen trozo de bocadillo con jamón cocido, un zumo de naranja y una barrita de cereales. Hasta las 10:03 no tengo la salida, de modo que tendré la digestión garantizada.

Me encamino hacia la estación de RENFE y me apretujo en un vagón de tren con todo tipo de corredores, de todas partes, con acentos de muchas regiones además de muchos franceses. Los hay de todas las edades y condición: amantes del minimalismo o de los gadgets, corpulentos tipos acostumbrados a la montaña o afilados pisteros, semiprofesionales y joggers… Todos con la ilusión de participar en la Behobia y alcanzar la meta con los brazos alzados.

En menos de treinta minutos llegamos a Irún, donde la organización nos conduce a buses lanzadera que nos alcanza a las afueras de Behobia. Desde aquí unos diez o quince minutos caminando con tranquilidad y llegamos al lugar donde se dará la salida, una extensa explanada con estación de servicio y una hilera de camiones que sirven de guardarropa.

Salida

A diferencia del 2012, el cielo está encapotado pero no cae el Diluvio Universal, lo cual consigue un fantástico y colorido ambiente festivo con miles y miles de corredores que van de un lado a otro. Encuentro a algunos componentes de la Bolsa del Corredor y nos hacemos la foto de grupo. Me pongo a calentar con ellos hasta completar 3 Km con algunos progresivos finales.

BC Team

Quince minutos antes de la salida me recluyo en mí mismo, me concentro en la carrera y me coloco en la parte delantera de mi cajón –o corral, como dicen en otros lugares-. Para relajarme un poco en esos momentos de tensión, siempre realizo un chistoso juego para motivarme: busco a mi antagonista, un rival acérrimo al que tengo que batir a toda costa. En esta ocasión me fijo en alguien con equipación completa de atletismo. Es más bajo que yo, pero el doble de ancho y con músculos hasta en las orejas. Está totalmente rapado al cero y tiene un gesto de determinación que asusta, está dispuesto a devorar cada kilómetro del recorrido sin masticarlos siquiera. Las arterias de sus piernas están a punto de estallar. Decido bautizarlo como Terminator, y memorizo el número de su dorsal.

En medio de la música a toda pastilla un DJ anima al público y la atmósfera es electrizante. El viento pega fuerte pero sigue sin llover. Por fin comienzan las salidas escalonadas. Mi cajón es la tercera oleada de las diecinueve previstas. Como comenté antes, las estrategias están muy bien en el papel, pero después te encuentras con una infinidad de variables e imprevistos que no podemos controlar. Busco el banderín de la liebre de 1h20’ y no está por ninguna parte. No me lo puedo creer, la primera en la frente. Decido enrabietado ir a 4:00 el kilómetro y localizo al Terminator cerca de mí. Estoy dando saltitos y nuestro turno es el siguiente…

Cuatro… Tres… Dos… Uno… ¡Pum! Activo mi cronómetro y salgo disparado desde la segunda o tercera fila. En los primeros compases intento buscar un hueco en un lateral y acompasar mi ritmo. Comienza a pasarme una oleada ingente de corredores, pero controlo que no me arrastren con su estampida, porque a muchos se les acabará el fuelle en pocos kilómetros. De repente el Terminator pasa a mi lado como una exhalación… Pero aún queda mucho para echarle el guante.

Pistoletazo de salida

Km 0-2. Recta totalmente llama que discurre junto al río Bidasoa. Voy a 3:55 y decido disminuir el ritmo a pesar de que no paran de adelantarme gente. Hemos salido 2500 runner con dorsal verde. Se nota el viento pegando de cara.

Km 2-4. La carrera discurre por el centro de Irún con una subida de 200 m al inicio. Ahora cuesta trabajo avanzar con soltura por la densidad de participantes (muchos de ellos son los que salieron como balas y ya van asfixiados). Sigo a un veterano atleta de Hernán que se mueve con soltura y va recriminando a los que se cruzan sin mirar. Mantengo el ritmo a 4:03 y el público es muy numeroso.

Km 4-6. En cuesta la primera parte –unos 300 metros- y después pequeñas subidas y bajadas por Ventas de Irún. La gente anima sin parar y voy manteniendo a 4:02. Aclarar que mi reloj es un sencillo Garmin Forerunner 110, el cual tengo configurado para que me ofrezca en pantalla el tiempo de carrera, la distancia recorrida y el ritmo general acumulado; por lo que no puedo saber el ritmo en cada kilómetro. Pero bueno, ya me acostumbré a correr así y me controlo bastante bien. Creo que fue en este tramo cuando, entre los miles de corredores, alguien del público me reconoció del encuentro de la sidrería y me dijo algo así como “¡Vamos ese canario de la BC!”. Menudo subidón. Aunque no recuerdo vuestro nombres por culpa de mi memoria de pez… ¡Muchas gracias!

Km 6-8,5. El alto de Gaintxurizketa es todo subida sin descanso. Porcentajes suaves al principio que se van endureciendo progresivamente. Justo al comienzo ya diviso al Pirata, que se ha convertido en uno de los símbolos de esta carrera. Se trata de Jaime Alzugaray, y todos los años aparca su furgoneta con música heavy a todo volumen, mientras él, vestido de bucanero, anima y agita la ikurriña y la bandera negra con la calavera y las dos tibias cruzadas. En este punto decido incrementar el nivel de esfuerzo para no perder mucho tiempo en la subida. Dos corredores de trail del mismo equipo pasan a mi lado y me engancho a ellos. Supongo que esta cuesta será pan comido para ellos… Pero 500 metros más arriba los dejo atrás y sigo avanzando con la respiración agitada y luchando contra el viento. Al coronar la cima mi ritmo ha caído a 4:07. Me lo tomo con resignación y sigo adelante.

Km 8,5-12. La carretera de Lezo es la zona de los toboganes, repechos de 50 a 100 metros de larga, auténticos rompepiernas. Muchos runners se tiran a tumba abierta en las bajadas, pero yo las controlo para no sobrecargar los cuádriceps y mantener velocidad en las subidas. El ritmo baja lentamente hasta 4:04. En el Km 10 me tomo el gel que llevo encima con varios sorbos de agua. El público sigue alentando nuestra marcha y el viento en contra no cesa ni un instante. ¿Dónde se habrá metido el Terminator?

Km 12-16. Al puerto de Pasajes lo llaman “El Desierto” por la escasez de público. Es totalmente llano, suelo irregular y algunos raíles. Llegados a este punto sin cuestas, mi terreno predilecto, me transformo en un enterrador: a partir de ahora y hasta el final de la carrera sólo recogeré cadáveres. Me pongo en velocidad crucero y empiezo a adelantar a corredores a mansalva. Imagino que iré por debajo de cuatro minutos por kilómetro, pues el ritmo total baja a 4:02. ¡¡¡Vaaaaaamos!!!

Km 16-18. El Alto de Miracruz es una dura subida de un kilómetro, tras la cual se desciende por la avenida de Ategorrieta hacia San Sebastián. En este punto tuve que tomar una importante decisión. No quería perder tiempo (el año pasado la ascensión se me hizo interminable), pero tampoco quería desfondarme en la subida. Finalmente apreté los dientes y decidí que ya era hora de sufrir de verdad. Aquí el público te lleva en volandas, abarrota las aceras y no para de animar: “¡Aúpa José! ¡Oso ondo!” Voy lanzado cuesta arriba y me abro camino por uno de los laterales buscando hueco y el calor de los espectadores. Lo estoy dando todo… ¡Y antes de darme cuenta he llegado a la cima! En la bajada me relajo e intento recuperar el resuello. Hecho un vistazo al Garmin… ¡¡¡Y marca 4:03!!! Sólo he perdido un segundo de ritmo. No estoy para tirar cohetes, pero aún tengo al alcance de la mano la ansiada marca de 1h20’.

Marabunta

Km 18-19. Recta hacia la playa de Zurriola por la avenida de Navarra, atravesando el barrio de Gros. Al llegar a terreno llano decido volver a sufrir al máximo y subo un punto de intensidad en la zancada. Desde aquí a meta el público es innumerable y su apoyo compensa las fortísimas rachas de viento que impide nuestro avance. De repente, oh sorpresa, alguien me adelanta. No, no es Terminator, pero no puedo evitar una sonrisa al ver una tortuga dibujada en la camiseta del único runner que ha osado atacarme en varios kilómetros. Pero yo sigo a lo mío, al límite de mis fuerzas, manteniendo el esfuerzo constante, hinchando el pecho con bocanadas de aire, braceando con fuerza para coger impulso, inclinando el cuerpo hacia delante para que la gravedad me ayude a avanzar… Y entonces comienzan las rachas de viento huracanado. Concretamente una me deja prácticamente clavado y sujetándome la gorra para que no volara. Hecho una ojeada al Garmin y veo un 4:02 que me infunde optimismo.

Km. 19-20. Avenida de la Zurriola, con el Palacio de la Kursaal a la derecha, Puente del Kursaal y todo recto hasta la Alameda del Boulevard. Tras el kamikaze giro a la izquierda, por fin me enfrento al último kilómetro de la Behobia. ¿Cuál es la diferencia entre el sufrimiento y la agonía? Tras dos años de duro entrenamiento y pruebas de 10K y media maratón, ya tengo una ligera idea. Ahora mismo creo que soy capaz de agonizar durante cuatro minutos sin sufrir un desvanecimiento, de modo que aprieto los dientes más fuerte aún y corro a muerte, sin reservas, alargando el paso y la frecuencia. La cantidad de público que vocifera y alienta es impresionante, más aún cuando vas a tumba abierta y grita tu nombre para darte fuerzas, para trasvasarte la energía suficiente para que tu triunfo también sea un poco el suyo. Sigo dejando atrás a racimos de corredores, avanzando por un lateral, casi rozando a los espectadores, cuando dos atletas me cierran contra las vallas, y a pesar de pedirles paso, me ignoran y tengo que frenar y echarme a un lado para esquivarlos. Faltan 500 m y el Garmin me chiva que voy a 4:01. Los síntomas de la agonía son cada vez más fuertes: los pulmones me arden, las piernas se vuelven pesadas, el dolor es un todo que me envuelve y me obliga a jadear con fuerza y lanzar algún que otro gemido bastante intenso. Mi rostro de corredor hierático se vuelve “regañao” (como diría el señor Robaina). Tengo a Pulgarcito dándome ánimos en un hombro y al tío del mazo mirándome con una sonrisa ladina en el otro. No puedo más. Sólo otra zancada. Una más. Y otra.

Agonía

Ya no pienso con claridad, pero a cincuenta metros por delante hay un tipo con –por lo menos- quince kilos de peso más que yo, y aprieto para alcanzarle. Ya cualquier estupidez sirve a motivación. El viento en contra pega una barbaridad. Levanto la cabeza… ¡Y creo divisar al Terminator! Los últimos doscientos metros son brutales, pero le doy alcance para descubrir que no es él. En el Garmin veo un 4:00 y los metros finales los hago completamente extasiado, como si fuera en una nube y sin las típicas arcadas que me suele provocar el límite de la agonía. El display de meta pone 1h22’, y por unos instantes me quedo de piedra, no me cuadran los tiempos, aunque de inmediato comprendo que mi cajón salió tres minutos más tarde del tiempo oficial. Compruebo mi cronómetro y marca ¿1h19’17’’? No me lo puedo creer. Lo celebro conmigo mismo y saludo a los jadeantes corredores que están a mi alrededor. La satisfacción de haberme superado a mí mismo me hace olvidar el cansancio por completo.

Y ahora es cuando se puede comprobar otra de las grandezas de la Behobia. La formidable organización y el exquisito trato del primero al último en llegar, te hacen sentir como si hubieras sido el ganador. Me quitan el chip de la zapatilla, me colocan la medalla y me dan bolsas de avituallamiento. En dos minutos ya tengo hasta mi mochila del guardarropa. La carrera ha terminado y estoy eufórico, casi me dan ganas de seguir corriendo –es broma- y de ponerme a bailar breakdance en el suelo –ejem-. La 49ª Behobia-San Sebastián ha finalizado para mí, aunque aún quedan un par de horas para que lleguen el resto de participantes y sientan el orgullo de ser finishers, de atravesar la meta como auténticos campeones. Ese momento no se puede describir; hay que vivirlo.

V. LA POSTCARRERA.

Tras ducharme y mientras picaba algo en la pensión, recibo la inesperada llamada de Amagoia, una amiga de Canarias que ahora vive en Amurrio, y que ha venido a ver la carrera y a animarme. Paso un rato entrañable con ella y su familia, disfrutando del gran ambiente que hay en el casco antiguo. Qué ilusión encontrarlos, en verano volveré a verlos en Gran Canaria.

Respecto al resultado final de la carrera, decir que ganó Pedro Nimo del Oro en categoría chicos y Claudia Behobide en las valientes chicas. También comprobé que el Terminator llegó a meta treinta segundos antes que yo, de modo que, desde el cariño de esta crónica, ¡ENHORABUENA CAMPEÓN!

Esa noche me toco cenar en solitario, pues la mayoría del equipo se marchaba a Barcelona esa misma tarde. Y mientras tomaba pintxos en un coqueto sitio de la calle San Martín, la dueña me dio una noticia que ensombreció mi sonrisa y mi estado de euforia: una chica de veintinueve años había fallecido a dos kilómetros de meta. Desde estas líneas mi pequeño homenaje a A.E., todo mi cariño a su recuerdo y a su familia y amigos. Cuando sucede algo así me quedo sin palabras. Aquí os dejo un enlace a la emotiva crónica del ganador de la carrera, Pedro Nimo, os aseguro que merece mucho la pena leerla porque expresa los sentimientos de todos ante lo sucedido y refleja en su crónica la humildad de un auténtico campeón en todos los sentidos:

Pedro Nimo

VI. LA BOLSA DEL CORREDOR – DIARIO SPORT DE BARCELONA

Hace apenas tres meses que pertenezco a este club y ya me siento parte de la familia. Desde el primer momento me han acogido con gran cariño, y quiero expresarles mi gratitud a Joan, Francis, David Bautista, Rocío, Laura, David Aouita, Sandra, Alfonso, Miquel, Carlos… Y a todos aquellos que he conocido en persona este fin de semana y que mi memoria –no ya de pez sino de mosquito- me impide plasmar aquí sus nombres. Y mención especial a José Castilla, el fantástico atleta e infatigable entrenador de la BC que está logrando que rompa algunas marcas y barreras que antes creía inalcanzables. Aquí están los sensacionales resultados del equipo en la 49ª Behobia-SS:

Clasificación Behobia

VII. CONCLUSIONES.

Para los amantes del “What if…”, señalar que el bloguero Gabriel Beldarrain ha confeccionado una genial entrada sobre la influencia del viento en esta edición de la Behobia, elucubrando una pseudocientífica teoría con comparativas de atletas y marcas que, con gran veracidad, llega a la conclusión de que se debería restar un 2,71% del tiempo final para obtener la marca sin viento. Siempre es interesante cualquier conjetura para mejorar marca sobre el papel. Aplicando el hallazgo del profesor Beldarían, a un humilde servidor le saldría un crono de 1h17’08’’. ¡Bueno, parece que ya tengo reto para el próximo año!

Mientras termino de confeccionar esta crónica, voy recopilando algunos datos finales ofrecidos por la organización. En esta 49ª Behobia-SS se inscribieron más de 28000 corredores (destacando los 8000 guipuzcoanos, 4500 catalanes, 2500 navarros, 2500 madrileños, 2300 franceses y un grupo de 400 holandeses). Llegando a meta 23590 runners de los 23617 que finalmente tomaron la salida. Señalar las 1800 descalificaciones por salir antes de tiempo. También me han llegado noticias de que a una determinada hora se agotaron las medallas de finisher que tan amablemente te cuelgan en meta. La organización se ha apresurado a señalar una dirección de correo electrónico para comunicar el caso y mandarla por correo postal (que cada uno lo valore como le parezca oportuno, pero qué duda cabe que es un detalle feo). El excedente de los avituallamientos, unos 845 Kg., serán destinados al Banco de Alimentos de Guipúzkoa.

Soy consciente de que he confeccionado una crónica bastante extensa, pero os aseguro que no he relatado ni una quinta parte de todo lo que podría contar de mi estancia en Donosti. A veces pocos días dan para mucho.

Espero que leyendo estas líneas te entre el gusanillo y te apetezca participar el próximo año en esta inigualable carrera, porque la próxima edición será única e histórica: en el 2014 se celebrará la 50ª Behobia-San Sebastián.

Finisher

Yo haré todo lo posible por estar allí… ¿Y tú?

Crónica de la LPA Night Run

Lo que hemos vivido este sábado en Las Palmas de Gran Canaria ha sido una noche de auténtico atletismo, del que se escribe con mayúsculas. Porque no nos engañemos, atletismo no es (solo) dar vueltas a una pista de tartán una vez cada cuatro años, atletismo es toda esa historia de superación que hay detrás de cada uno de los corredores que se dan cita en cualquier carrera. Hoy he visto a mucha gente correr, pero sobretodo he visto a mucha gente disfrutar. He visto señoras llorar de la emoción al cruzar la línea de meta, caras de felicidad en gente joven al completar su reto, gente con problemas musculares esforzándose por llegar a meta y a la inmensa mayoría con ganas de repetirlo. Además todo esto ha pasado aquí, en plena ciudad y con las calles llenas de gente, con un ambiente que hace mucho, mucho tiempo que no se veía.

Por supuesto nada de esto ha sido casualidad, es el fruto del trabajo bien hecho, de ese que no abunda en casi nada hoy en día y que tanto se echa de menos. Desde el momento en que se presentó el evento, la idea además de ambiciosa, era un soplo de aire fresco en el calendario deportivo-social-cultural de la isla. No era sólo una carrera, no era sólo un concierto, no era sólo una fiesta, era todo a la vez y en el mismo sitio. Además, los pocos puntos problemáticos para el corredor, aunque un poco tarde, fueron solucionados en su totalidad.

Hasta hace no mucho tiempo, inscribirse y correr una carrera era una odisea. Había que desplazarse a alguna tienda perdida en algún centro comercial remoto y hacer cola para apuntarse y pagar, luego unos días antes de la carrera, había que ir a buscar el dorsal a otro sitio, probablemente a alguna oficina municipal lejos del lugar de celebración de la carrera, en un horario reducido, de un solo día y como no, soportar más colas. El día de la carrera además había que luchar por un sitio en la salida acorde a tu nivel en carrera, esperar un retraso de media hora (mínimo) parado antes de salir y sufrir por un circuito desangelado en alguna urbanización industrial o parking y en la meta, ya sin aliento, quitarte el chip (si con suerte los habían contratado) a toda prisa para volver a hacer cola y poder beber algo de agua en el avituallamiento post-carrera.

La LPANightRun ha demostrado que se pueden hacer las cosas de otra manera, con previsión y con la escala correcta. Desde el punto de vista del corredor, la sensación ha sido de una fluidez absoluta, de perfecta organización y de que cuando se quiere, las cosas no sólo pueden hacerse bien, sino muy bien.

salida

¡A por todas!

La carrera empezaba a las 20:30 por lo que algunos amigos quedamos a las 19:30 para echarnos unas risas y picarnos un poco antes de empezar a calentar. Aparqué en el muelle deportivo para dar un paseíto de 15 minutos que viene de perlas para empezar a palpar el buen ambiente que luego habría. Al entrar en el guardarropa ya notamos que ésta, no es una carrera cualquiera, hay mucha gente pero no hay absolutamente nada de cola. Dejo las cosas, me visto “de faena” y vamos al “encuentro”. Cualquiera que sepa algo de fotografía, sabe que poca luz y gente en movimiento es el talón de Aquiles de cualquier cámara y si es un móvil mejor ni hablamos, a las pruebas me remito:

grupoPh

Se nota el que iba tapado, porque no se le ve ni la cara :-)

Un poco de marujeo runneril y quince minutos más tarde ya estábamos calentando, habiendo pasado por el baño a soltar el lastre convenientemente. Tener toda la recta del muelle de los cruceros para calentar es un lujo y si además está 100 metros de la salida parece perfecta. El único punto negativo de la noche aparece cuando a José Lobillo le salta la alarma en la rodilla durante el calentamiento. Muchos días de entreno y haber corrido la Behobia – San Sebastián hace menos de siete días seguro que tienen algo que ver. Con un poco de suerte se quedará en un susto y en perderse sólo esta carrera. ¡Ánimo Lobillo!

Llamada a corredores y acceso al cajón verde (el primero) que se ha delimitado hasta 4:30 de ritmo. Otro acceso más sin colas, con mucho personal dirigiendo a la gente a sus respectivos cajones y además repartiendo reflectantes (creo que había unas pulseritas fosforito, pero no pude pillar ninguna, damm it!). El cajón es muy amplio y se forma un círculo grande de corredores donde giramos como caballos para no enfriarnos. El mismo arco de salida es a su vez una pantalla gigante y unos minutos antes de salir nos ponen el milqui de España, esto es, el milqui de Fermín Cacho en Barcelona ’92, que nos alienta con su discurso a escasos segundos del disparo.

Se da la salida con puntualidad inglesa y aquí pasa lo de siempre, los sprinters a lo suyo para morir en el kilómetro 0.8 (en serio tíos, hacéroslo mirar) y poco a poco la serpiente bicolor (sin necesidad de obligatoriedad) se va estirando. La zona portuaria suele ser bastante fea para el corredor, pero yo la sentí llena de gente, quizá fuera el estrés de la salida o el número de participantes. Con el pelotón estirado en el primer kilómetro cojo la estela de la que más tarde sería vencedora de la categoría femenina.

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Ana Toral ¡vaya máquina! (37’22”)

Pasamos Belén María y antes de girar a Albareda una vecina nos grita por la ventana que la Unión Deportiva Las Palmas va ganando 3-1, cojonudo. Ya en Albareda la fila de corredores empieza a dividirse en grupos y me tocan por detrás: ¡Es Iván! (podéis leer aquí su crónica de la carrera).

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Iván Tejera (Carucat)

Vamos por el kilómetro tres (3:36 – 3:39 – 3:40) y estoy bien, pero creo que puedo buscar una media de 3:35, cambio el ritmo y dejo al grupo. Entro en la avenida de Las Canteras sólo y tras alguna curva veo a un grupo de tres corredores. Solo llevo cinco kilómetros y en Las Canteras el viento es favorable, lo aprovecho y dejo también a esos tres corredores, a partir de ahí haría sólo el resto de la carrera.

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Saul Castro, vencedor de los 10 Km (30’59”)

Damos la vuelta en el Auditorio y pasamos la única zona desfavorable de la carrera: la calle Pavía y Castillejos. A estas alturas se hace muy duro mantener el esfuerzo y hago el peor kilómetro de la carrera (kilómetro 8 en 3’50”) pero en seguida enfilamos Mesa y López. Esta calle es un falso llano descendente, está llena de público, muy iluminada y quedan sólo dos kilómetros. Las rotondas de la Plaza de España y del Arsenal pasan muy rápidas (dos últimos kilómetros en (3’33” y 3’17”) y en este momento no sé si viene alguien detrás, ya que hace tiempo que pasé al último corredor, así que entre un sprint final y un cambio de ritmo fuerte, prefiero lo segundo.

patricia

Patricia Díaz, Vencedora del medio maratón (con la llegada mas emotiva de todas, 1h25’06”)

Cruzo en solitario la línea de meta en 36’11” haciendo el 16º de la general, 50” de desventaja con el 15º y 18” sobre el 17º. Con esta marca me he quedado a sólo 20″ de mi MMP, lo cual era impensable hace un mes, así que estoy contento con el resultado. Por otro lado pienso que podría haber rendido mejor con una salida en mejor posición y habiendo enlazado con alguno de los grupos que me precedieron, hacer la mitad de los diez kilómetros sólo no es lo mejor para hacer marca.

palomeque

Ruben Palomeque ¡Vaya estreno! 1h09’38” Una alegría saber que no fue nada lo de Telde

En la llegada se confirman todos los pronósticos, no hay prisas para devolver el chip, hay mucho espacio para “enfriarse” y bajar pulsaciones. Una vez entregado el chip te obsequiaban con un impermeable (fosforito, como no) co-jo-nu-do para entrar en calor y delante nuestra, el mejor avituallamiento post-carrera que jamás haya visto en una prueba de asfalto. Agua e isotónica en vasos, frutos secos de todos los tipos (y convenientemente separados) barritas energéticas, frutas, chocolates en onzas, barras, tabletas, todo tipo de chuches, botellas de agua… El paraíso del corredor.

yometa

Acabada mi carrera, paso al modo espectador y lo que observo en todos los que llegan es lo mismo que he visto por mi mismo, caras de felicidad, pero no de cualquier felicidad, sino de aquella que te has ganado con tu sufrimiento y constancia, la gente llega emocionada, muchos doloridos, algunos caminando, es la fiesta de la superación y todo el mundo va muy contento.

A partir de ahí la marea va llegando y me quedo a animar como el qué más, probablemente el punto que menos me ha gustado de la carrera ha sido la ausencia de vallas y más iluminación en toda la recta final adoquinada.

Conclusiones:

La ciudad se merecía una carrera como esta, al servicio del corredor, disfrutable en todos y cada uno de los puntos posible. Desde el formulario de inscripción a la publicación de los resultados todo ha salido de diez, entrega de dorsal rapidísima y sin colas, ambiente de noche grande y con mucho público en casi todo el circuito, todos los cruces muy bien señalizados, muchísima presencia policial para dar seguridad al corredor, cajones muy bien resueltos  y además todo con máxima puntualidad ¿qué más se puede pedir?

Pues como siempre se puede pedir más, aquí está mi granito de arena para mejorar en lo posible la siguiente edición (que ponemos la cuenta atrás desde ya)

  • Más cajones de salida: 4’30” el más rápido es un poco lento para un evento de 3000 personas y con una curva nada más salir. Un cajón de menos de 4’00” es necesario para la próxima.
  • Luz y vallas en toda la recta de llegada: el público tiende a cerrarse y era complicado ver a los “compis” llegar, unas vallitas hubieran quedado bien, impiden que la gente (sobretodo niños) se crucen y además se elimina el efecto Tour de Francia donde el público se va cerrando y hacen de embudo al resto.
  • Puntos kilométricos estratégicos marcados, no hace falta señalizarlos todos, pero los múltiplos de cinco sería un buen detalle.
  • Que corra Manuel Robaina

Desde aquí felicitar a todos los que han hecho posible este gran evento, especialmente a DG Eventos y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por ponernos una gran carrera “en la puerta de casa” así como a la Policía Local, voluntarios, patrocinadores, al público que ha animado muchísimo y como no, a los 3000 valientes que han corrido, muchos por primera vez y lo que es mejor, es que no será la última…

Actualización: bastante gente comenta que los corredores de 10 kilómetros arrasaron con gran parte del avituallamiento y probablemente haya sido así, ya sabemos que el sentido común no sobra y en mucha gente impera el: no dejes para mañana lo que puedas coger hoy, una lástima.

Resultados 10 Km

Resultados Media Maratón

Fotos:

Galería de Roberto Ramírez

Web Oficial LPA Night Run

Canarias7

La Provincia

Media Maratón Fundación Puertos de Las Palmas, Mi crónica

En un país multicolor

nació una abeja bajo el sol

Y fue famosa en el lugar

por su alegría y su bondad.

Y a la pequeña abeja la llamaron Maya, la pequeña y dulce abeja Maya.

Así me sentía yo el domingo por la mañana, como la abeja maya en cualquiera de sus capítulos. Una mezcla de optimismo, ligereza, alegría y colorido me rodearon incluso antes de empezar el evento. Las reuniones pre y post carrera con la friki-pandi van mejorando y yo creo que ya daría para una serie e incluso algún que otro spin-off dentro de la misma. Esto no sólo hay que creérselo porque lo diga yo, a las pruebas me remito:

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Like a rainbow, han vuelto los 60!

Lo mejor de la instantánea no es que ninguno coincidamos en el color (que ya es difícil si van Toñi y Silvia) si no que nos demuestra lo grande que es el atletismo popular, que el hecho de salir y llegar al mismo sitio tras estar un rato corriendo nos parezca algo tan diferente a cada uno de nosotros. Y ahí estaba yo el domingo en mi esperado “reborn” con ganas de salir y de llegar y de todo lo de en medio. Tan relajado estaba que esta vez incluso recordé ponerme el chip. Aprovechamos la reunión familiar para dar el último adiós a mis zapatillas (DEP) y empezar el calentamiento con el Señor Lobo. Unos minutos de trote, un poco de skipping y unas rectas y voy más que listo, lo justo para llegar tarde a la salida y así colocarme “más o menos” en el puesto que me corresponde, después de pasar por el baño a quitarme el lastre de tipo “1”.

Muchas quejas en la salida, curiosamente todas de corredores que no deberían estar allí (si quedas el 300 ¿Por qué sales en el 30?). No se trata de elitismo, se trata de sentido común, aunque ya sabemos que abunda más lo primero que lo segundo. ¡Dan la salida y yo con estos pelos! Al Señor Lobo lo pierdo nada más salir, está más o menos en lo previsible ya que él pretende ir a 4:05 y yo a unos 4:10 los primeros 10 kilómetros y luego ya se verá. Primera curva y se van poniendo la cosas en su sitio, yo voy tan happy que ni he activado el aviso cada 1000m del GPS, así que lo hago en medio de la curva y de paso también configuro el Virtual Partner en 4:10. Pasan los dos primeros kilómetros (3:55) y empiezo a normalizar el ritmo, y voy bajando a lo preestablecido… 4:00, 4:05 y 4:10 (¿o se dice subiendo?).

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En este tramo empieza la pequeña subida con viento en contra y marco los dos peores kilómetros de toda la carrera en 4:15 y 4:16, me adelanta algún que otro grupo pero yo sigo detrás de un corredor que va muy muy regular y me está haciendo un trabajo impagable. Giramos 180 grados y empieza la bajada y el viento a favor, con esta combinación el ritmo ya me molesta y me suelto un poquito a ritmos algo mejores (4:02, 4:07, 4:07…) le hago un relevo muy suave a mi compañero circunstancial, pero está a su carrera y ni se inmuta, lo dejo atrás. Del Sr. Lobo no tengo noticias.

Al recorrido de esta media maratón lo tachan de feo (y con razón) pero tiene una cosa muy bonita y es un montón de oportunidades de ver a todos los corredores en los cambios de sentido. Yendo en el último puesto de varios grupos a veces se me iba la pinza mirando al sentido contrario y saludando a todo el que podía y mirando como iban, cuando me daba cuenta me veía haciendo la goma y un pequeño sobreesfuerzo para reengancharme pero… ¿y qué más da? En plena carrera pude ver y gritar a casi todos: Robaina, Gonzalo, Fran, Silvia… claro que algunos con la lacra de los mp3 no se enteran de nada (¡zas!).

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Paso el 10000 en 41′ y la primera vuelta en 43’37” como una rosa, oiga.

La segunda vuelta la empiezo con un grupo de lo más variopinto, liderada por el Inspector gadget que lleva:

  • Zapatillas y calcetines (normal)
  • Pantalón y camiseta (normal)
  • Medias de compresión (no tan normales, pero populares)
  • Gafas de sol (no tan normales, pero populares por el plus de intimidación)
  • Mallas (normales… si no llevas pantalones)
  • Gorra (muy raro de ver, más aún si no hay sol)
  • Portadorsal (ejem)
  • Riñonera con agua (ejem ejem)
  • Manguitos (¿?)
  • Un Buff (WTF)
  • Dos relojes (ROLFMAO)
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Seriously?

Este es el tipo de cosas que ni ves cuando estás corriendo, pero en las que indagas cuando te estás divirtiendo en movimiento. Este grupo se mantiene más o menos unido hasta que llega nuevamente el tramo de subida, donde la cosa se estira cosa mala y alguno se queda en el camino. El gadget-man se escapa incluso lastrado y al verlo decido que ya es hora de apretar un poco, aumento el ritmo a 4:10, 4:06, 3:57, 3:53, 3:39… ¡Y veo al Señor Lobo! Mirando al crono veo que va a hacer su MMP y si lo estoy alcanzando ahora habrá ido de más a menos, que es como hay que correr cuando se quiere mejorar una marca o al menos intentarlo, aunque se sufra el triple.

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El que no arriesga no gana o no pain, no gain son frases del tres al cuarto que me vienen a la cabeza para su hazaña en esta carrera, llego a la altura de su grupo y se están dando ánimos, así que me uno a la fiesta con un ¡vamos lobo! El hombre me mira dos o tres veces, me devuelve el ánimo y cruzamos la meta prácticamente juntos, un acto que debería ser sublime y que aquí era un atolladero de novias, padres, hermanos e hijos. Casi mato a tres o cuatro, pues mi ABS no funciona muy bien en pleno esquive. La acera existe para estos menesteres.

A ver que me lio… el tiempo muy bien, 1h26’15” para hacer el 44º de la general, a 1’10” de mi mejor marca, demasiado cerca para tan poco sufrimiento, demasiado cerca para tan poco esfuerzo. No hay que hacer reglas de tres, ni pensar en futuros condicionales ya que en esto no valen. Por hablar un poco del boom del running, con 1h25″ en 2011 hice el 23º de la general, este año habría hecho el 35º, buenas noticias para todos.

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Después de llegar me entero que he entrado justo delante de Abel Godoy, que parece que ya ha fichado por la pandilla de locos y analizando sus parciales algo me dice que en la próxima carrera le va a dar un buen tajo a este tiempo.

44 Aarón Sánchez 5:27 15:35 28:44 43:37 48:50 59:02 1:12:08 1:26:15

45 Abel Godoy      6:15 16:11 28:51 43:19 48:24 58:33 1:11:40 1:26:17

47 José Lobillo      5:14 14:37 27:39 42:39 47:59 58:25 1:11:55 1:26:19

Si comparamos la carrera de los tres, vemos tres carreras completamente diferentes para finalmente marcar el mismo tiempo en meta

  • 1er parcial: Lobillo va primero y me saca 13″ a mí y 1′ a Abel. (Lobillo sale rápido, pero nada descabellado. Abel tiene pinta de que ha salido muy atrás en el pelotón de fusilamiento).
  • 2º parcial: Lobillo ya me saca 1′ a mí y 1’30” a Abel. (aquí el lobillo se “Abrahaniza” y va a ritmos de 10000, Abel recupera posiciones y tiempo respecto a mi).
  • 3er parcial: Lobillo leads, yo sigo a 1′ y Abel está a sólo 10″, escucho su aliento.
  • Primera vuelta: Lobillo aguanta, Abel me adelanta y se queda a 40″ de Lobi. Yo me mantengo a 1″ de Lobi y ahora tengo a Abel a 20″.
  • 4º parcial: Lobillo ya es Sr Lobo, aguanta como un titán y Abel le sigue a sólo 25″, yo me mantengo en la discreción a otros 25″ de abel (ya empiezo a recortar al Señor Lobo).
  • 5º parcial: Abel le va a quitar las pegatinas al Señor Lobo, lo tiene a 8″ y yo voy a 30″ de la sucia lucha que se está librando.
  • 6º parcial: Abel pierde los alerones en su lucha con el Señor Lobo, al que saca ya 15 segundos. Yo sigo mirando mariposas a 30 segundos de Abel
  • Meta: Saco dos segundos a Abel y cuatro a Little Wolf

trollface

El resumen no puede ser mejor, probablemente haya sido mi carrera más divertida, que además se une a que hace mucho que no competía y además no ha sido dura ni en lo físico ni en lo mental. Si a todo esto sumamos que además estoy corriendo sin ningún tipo de dolor (sin contar las ampollas a partir del kilómetro 15, que son ya parte de la familia) la mezcla es una gran inyección de moral y de ganas de correr y sobretodo, empezar a entrenar. Pero antes dejadme que me de una semana de descanso, aunque el cuerpo me pida marcha-marcha.

Resultados media maratón fundación puertos de Las Palmas

Crónica II Criterium Siete Palmas

Cuanto más crees conocerte, más cuenta te das de que no tienes ni idea de cómo eres. Y no me refiero a ese día que parece que corras como una gacela sin sufrir, ni al día opuesto en que parece que el llano es cuesta arriba y que alguien te ha lastrado las zapatillas y las miras de reojo por si has pisado mierda de perro. Todos tenemos de esos días,  unos más que otros, y de unos más que de los otros.

Llevaba tiempo dándole vueltas a un hecho, que he confirmado leyendo el blog de Isidro Gilabert (lo cuenta estupendamente bien aquí). Ahora que no hago otra cosa que comparar sensaciones, tiempos y dolores con los de otras fechas, me he dado cuenta que, en todo este periodo sin correr por la lesión, lo que más he perdido no ha sido capacidad aeróbica, ni fuerza, ni velocidad, ha sido… capacidad de sufrimiento.

Crónica

El pasado sábado 10 de noviembre se celebró la segunda edición del Criterium 10 Kilómetros de siete palmas. Detrás de ese nombre tan “rimbombante” había una carrera de 10 Km un poco extraña, por celebrarse por la tarde, empezar y acabar en la pista de atletismo de un estadio y tener un perfil como el skyline de El Cairo (mi chiste cogido por los pelos del día de hoy).

El objetivo número uno era bajar de 40′ en el primer 10000 tras la lesión, parecía alcanzable ya que los 7 km de Telde de hace una semana los hice a 3’45”, aunque la falta de entrenamientos me tiene sin fondo y el perfil no es el idóneo. El segundo objetivo era tener la prueba de mi estado de forma real, al compararme con la marca del año pasado (37’27”), que corrí en óptimas condiciones.

El previo

Llegué una horita antes, para aparcar con comodidad, bajar a la pista y calentar bien (sí, estoy en pleno periodo OCD). En el calentamiento me pasó algo que se ha convertido ya en normal en los últimos entrenamientos, el flato. Un flato bestial que me machaca los primeros 20 minutos y cuando más lento voy, más me duele. Menos mal que pasó a mejor vida después del disparo.

Warming Up Zone

En el calentamiento me pringo bien las pantorrillas de radio salil (debo haber adquirido tolerancia, porque ya ni lo siento) y me voy encontrando a los amiguetes: Primero a Antonio Santana, que aunque no tenga blog no se lo tenemos en cuenta y luego casi a la vez a Manuel Robaina, Pancho y Adrián. Los machaco un poco calentando (lo siento, era el flato) y a sus puestos.

La carrera

Antes de salir, se da un merecidísimo  homenaje a Jose Carlos Hernandez y casi sin tiempo a que se coloque en primera fila, salimos a toda mecha. Doscientos metros y dejamos el estadio por la ya típica zona de penumbra a lo “Gotham City”. A estas alturas ya adelanto a corredores totalmente desfondados y durante un momento pienso seriamente que a alguno le va a dar algo, los alaridos son más propios de una peli porno barata que de una carrera popular (trescientos metros y he salido en tercera ó cuarta fila, primer km a 3’37” ¿Qué necesidad de morir tan pronto?)

Nuestro Olímpico Maratoniano, todo un lujo compartir la pista con un tipo de este calibre (y no es SOLO su nivel de atleta)

Durante el primer kilómetro y medio me quito a los newbies sprinters de encima e iniciando la primera “bajada” busco mi primer grupo. Se da una cosa curiosa, hace mucho viento en contra en la bajada y a favor en la subida, así que rapiño el último puesto del grupo durante toda el tramo descendente y hacemos el tercer kilómetro en 3’30”. Giro en la rotonda y pa’rriba. La subida se nota y el ritmo cambia a 4’15” más o menos. Como estoy en peso pluma (68 kg, hell yeah!) ya lidero mi grupo y veo el siguiente, así que me escapo y enlazo. En este grupo van Nazaret González y Aroa Merino (a la postre primera y segunda). Ya otra vez en la bajada, al poco de enlazar hay cambio de ritmo de Nazaret y se marcha con un chico, yo prefiero aguantar y por primera vez bebo agua en un 10000 (¿Me estoy haciendo viejo?). El aguante me duró poco, otro arreón después del avituallamiento y dejo al grupo. Veo lejos a Nezaret, pero cerca al chico que había salido con ella, un momento… ¡Pero si es mi amigo el del hachazo en la carrera del Síndrome de Rett!

I got you babe!

Hachazo. Otra vez la rotonda, otra vez la subida, aunque para subida la que llevo encima. Paso a mi amigo el benéfico, paso a Nezaret y me quedo en soledad suprema hasta el estadio. Mierda, yo que quería esprintar… al final se obra el milagro y uno que va muerto delante cede… y cede tanto que lo paso a falta de 200 metros. El último 400 lo hice en 1’12” (3’00″/km de ritmo).

Conclusiones personales

La conclusión se llama 38’48”, puesto 28º de la general, a 1’20” de la marca del año pasado. Hay que tener en cuenta que el año pasado el circuito era más duro, pero estar a menos de minuto y medio de la marca (que no forma), haciendo prácticamente sólo carrera continua, me deja bastante buen sabor de boca. Terminar sin dolor el día de la carrera, y seguir sin ellos a día de hoy (una semana después, más aún)

No hay duda de que me lo pasé como un enano, estar ahí “compitiendo” con el resto, buscando tu hueco en carrera y planeando cuando y como subir o bajar el ritmo te distrae tanto que se te hace corta, pero me he esforzado lo justito y aquí es a donde quería llegar.

Manuel Robaina y Antonio Santana. Yo soy el de blanco, con esa pose tan… masculina. Foto robada del blog de Manuel, ¡¡¡gracias!!!

Si llegas a meta sin haber sufrido más de una vez ese momento de apuro en el que te quieres retirar, en el que te planteas qué diablos haces ahí sufriendo sin motivo, que no tiene sentido… es que no te has esforzado lo suficiente. Quizá sea ésta la sensación que, una vez vencida, engancha a los millones de personas que nos gusta correr. También supongo que es más fácil de encontrar ese punto en carreras largas que en cortas, de ahí el auge de este tipo de carreras.

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Fotografía eliminada por derechos de imagen :-)

Si tuviera que nombrar las carreras en las que más he sufrido física y mentalmente, sin duda serían las carreras donde he hecho mi mejor marca y supongo que por algo será. Ahora bien, aunque ya tenga un estado de forma más o menos parecido al del año pasado, mi capacidad de esfuerzo está a muchos meses y entrenos de distancia. Sobre la organización de la carrera, nada que añadir a lo comentado por los compañeros:

Crónicas de: Pancho, Manuel, Adrián.

Resultados oficiales II Criterium Siete Palmas

 

Fotos Media Maratón MACAN 2012 (Mando Aéreo de Canarias)

Segunda carrera que me pierdo del año, aunque siendo sincero, no creo que la hubiera corrido para “guardarme” para la media maratón del puerto. Aunque quien sabe, igual como entreno de tirada larga…

La cosa es que no voy a correr ni una ni otra, así que me planté en la bahía de Gando cámara en mano para disparar a diestro y siniestro. Ésta vez hice menos fotos, realmente no “valgo” para afotar este tipo de eventos, no me gusta eso del gatillo rápido a todo lo que se mueve.

Consejos del todo a cien para salir bien en las fotos de una carrera:

  • Ser Pancho. Joder qué tío mas fotogénico. De una ristra de 10 fotos consecutivas, en todas sale clavao el tío.
  • No sufrir: Robaina, si sigues así no hay quien te saque una decente. Con tales caras de angustia me da hasta palo subir las fotos.
  • Ir solo: Vamos, lo que viene siendo destacarse del resto. Ya sea ir entre los 10 primeros o entre los 10 últimos, así hay más posibilidades de “tener hueco” para encuadraros. No vale ir de rata detrás de un grupo de cinco, no vais a salir.
  • Ir de rosa: No falla, si veo algo rosa saco una foto. Llamadlo genética, adaptación, ser un poco animal…
  • Ir con mallas largas en Canarias en Mayo. Te mereces una foto. Para la próxima no olvides el pañuelo y el polar (y no me refiero al pulsómetro)
  • Mirar al frente: Quique ¿Quién te persigue? siempre te pillo mirando pa’tras.
  • Caminar a 5:30 el 1000: Si crees que correr es duro, intenta caminar a esa velocidad. ¡Bravo Pepe!
  • Llamarte Fran González: Hagas lo que hagas, no vas a salir en la foto, ¡asi que disfruta de la carrera!
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