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its the final countdown!

Ya tenemos la carrera del año a la vuelta de la esquina y cada día que pasa aumentan los nervios y las dudas. No se me ocurría mejor título que éste, que además de pretender “escenificar”  la ansiedad que nos entra a muchos, pretendo fastidiar al resto con el horrendo recuerdo de la cancioncita de marras, a Gonzalo (seguro) el que más.

Tengo el gemelo izquierdo como mi cabeza ¿hueco? no, enorme. Me duele al pisar y me está fastidiando los entrenamientos. El viernes hice 7km suaves en el parque y un par de series de 1000, ayer sábado descansé y hoy he corrido una hora de carrera continua. Para cambiar de aires he bajado al sur y he ido de Amadores a Puerto Rico y me he liado a meterme en los muelles para hacer la hora. Es como correr en Alemania pero con 25 grados y sol. Luego he ido a darme chorritos a una thalaso, a ver si a base de torturar el gemelo vuelve al sitio, más le vale.

Estoy entre parar cuatro días esta semana y ver si remite el dolor (que puede que no lo haga) o pasar de todo y seguir entrenando para no perder forma. En el mejor de los casos, mi idea es entrenar lunes, miércoles, jueves. Nada más. Igual el sábado hago un calentamiento y unas rectas suaves, para obligar a levantarme temprano, quemar algo de glucógeno y poco más. Éstos días me he acordado del post de Gonzalo sobre la pirámide de la vida sana, porque creo que he cumplido con las cuatro horas de autocuidados a base de ponerme hielo, contrastes de agua fría-caliente y masajes con voltarén.

PD: Por cierto, aprovechando el ocioso domingo, he cambiado el theme del blog a uno diferente del por defecto, aunque igual de sencillo (por no decir simple)

PD: Si alguien se ha  ofendido por que le gustaba Europe, peor para él. Hágaselo mirar.

Quedan dos semanas

Dos semanas, quince días, medio mes o dicho de otra forma: poco, muy poco es lo que queda para la Gran Canaria Maratón. A estas alturas debería estar todo hecho, a dos semanas vista nada se puede mejorar, sin embargo, todo se puede ir al traste. Metidos en plena cuesta de enero, mientras el resto de la humanidad lleva un mes pensando en comidas, regalos, cenas, salidas, uvas, fiestas y más comida, los que hemos decidido correr esta maratón (la media en mi caso), solo tenemos ojos y oídos para nuestro cuerpo y nos pasamos el día buscando sensaciones y con la incertidumbre de si estamos entrenando mucho, o descansado demasiado.

Bueno, tampoco hay que exagerar, pero tengo que reconocer que si lo escribo, al final lo acabo pensando y ¡puede que me motive un poco más!. Mañana toca la última tirada de 20 Kilómetros y después de eso ya toca alternar entre kilómetros basurilla y series medias y largas a ritmo de carrera o un pelín más rápidas durante éstas dos semanas.

El objetivo inicial (que está lejos de ser posible) era 1h 19′. Esa marca implica correr los 21km entre 3’46”-49 m/km (dándome de margen hasta 1h 19’59”). Teniendo en cuenta que el último 10000 lo corrí en 35’50” (da un ritmo de 3’35”) el margen de 10″ por kilómetro para doblar la distancia no me parece suficiente.

Tengo curiosidad por saber el ritmo final que tendré en la media, para compararlo con el de 5000 y 10000. Ahora mismo está de la siguiente manera:

5000: 3’28”

10000: 3’35

1/2 Maratón: ???

Si de 5000 a 10000 pierdo 7 segundos por km ¿cuánto perderé de 10000 a 21000? Precisamente, la imposibilidad de calcularlo es lo que embellece esto de correr. Los mil factores que te afectan antes y durante la carrera, además del entrenamiento, descanso, alimentación…

En cualquier caso, espero bajar del 1:25:11 que tengo de la media maratón del puerto de hace ocho meses y restarle unos minutillos.

PD: La calculadora que uso para el cálculo del ritmo, marcas, etc. es ésta

PD2: La imagen del post, es de una mítica escena de la gran película de Paul Verhoeven: “Total recall” (echaros a temblar, se avecina remake para agosto).

En medio de ninguna parte

Tras el fiasco del entrenamiento del sábado, me tomé el domingo de descanso absoluto, quería dar tiempo al cuerpo y que se recuperara de aquello. El lunes estaba impaciente por probarme, quería saber que sensaciones iba a tener, no sabía si podría correr o volvería a bloquearme como el sábado. Me auto-propuse un rodaje suave, de 10 Km como máximo y sin mirar el crono, sólo quería correr un rato, sudar y ver que aquello fluía. Y así fue.

Di un total de 10 vueltas al parque romano, la primera y la última a 5:20 de calentamiento y enfriamiento y las del medio entre los 4:40 y los 4:10. Fue un rodaje cómodo y sin dolor de ningún tipo, exactamente lo que uno piensa cuando piensa en simplemente rodar. Si no fuera por la experiencia del sábado, diría que fue un día como cualquier otro. Hoy martes me entran las dudas, no sé qué hacer, estoy en una especie de callejón sin salida. ¿Sigo entrenando a ver qué pasa?

Eso sería el plan A, pensar que fue un bajón puntual, que no volverá a pasar y sigo con el ritmo de entrenamiento, con el cuchillo entre los dientes.

El plan B me dice que puedo estarme pasando, tanto de ritmos como de kilómetros y lo conveniente sería parar, o como mucho, mantenerme rodando pocos kilómetros y no meter demasiada (o no meter en absoluto) calidad. Más vale quedarse corto en esto, que pasarse y luego lamentarlo.

El término intermedio igual es el bueno, y puedo dejar ésta semana de descanso activo, pocos kilómetros y además lentos y empezar a apretar la semana que viene y ver cómo voy. El objetivo se acerca y hay que evitar tirarlo todo por la borda, apenas queda un mes y una semana, no hay que hacer experimentos a estas alturas.

Queridas piernas

No me esperaba esto de vosotras. Me teníais tan bien acostumbrado, que me habéis pillado por sorpresa, como una huelga de pilotos en navidad. Cuando más os necesitaba me habéis fallado. Una mañana espléndida para correr, nublada, 20º, nada de viento y 10 kilómetros por delante sin prisa de ningún tipo. Sólo teníais que estar a un 60% de lo habitual para cumplir sobradamente con el día de hoy, no hacía falta que ni siquiera os presentarais al puesto de trabajo. Os calenté de sobra, más de lo habitual diria yo, incluso usé un gel de calentamiento por si acaso, pero ni con esas. Normalmente peco de salir demasiado rápido en los días de rodaje… ¿pero hoy? ¡si podía hasta mirar el paisaje!. Viendo que no había forma de llegar a un acuerdo con ellas opté por dar la vuelta y acortar la jornada laboral sobre el kilómetro 4, pero la vuelta pareció enfadaros aún más. Pasé del trote cochinero al trote arrastrao del que sale a correr con resaca, y  aún asi todavía iba a ser peor. A falta de dos kilómetros para llegar a casa tuve que parar, estiraros de todas las formas posibles, gemelos, cuádriceps, isquios, tibiales, abductores y demás cosas que tenéis ahí adentro, nada. No quedó otro remedio que caminar hasta casa, aceptar mi derrota, habéis ganado. ¿Ganado?.

PD: Os avisaré por adelantado la próxima vez que haga un 16×100 y además prometo no hacerlas en menos tiempo del exigido.

Atentamente, el resto del cuerpo.

¿Quien dijo que correr era aburrido?

Estos días he tenido unos entrenamientos de lo mas variado: Largos, cortos, rápidos, lentos, con llanos, repechos, en pista, en arena… de todo un poco. El domingo hice la tirada cronometrada, fueron 15 Km en 1:05′ por la avenida marítima. El lunes tocó un 2x5000m en 18’40” en el parque romano, el martes día de recuperación suave y hoy tocan 16 series de 100m en pista (y me voy a atrever con los clavos, aunque a estas alturas y a tan poco tiempo para el objetivo principal, sea una locura).

El lunes fue uno de esos días en los que estuve a punto de morir en el parque romano. En series de entre 1000 y 3000 metros, la curva del parque romano parece la del casino en Mónaco, desliza y hay exceso de pilotos, más de una vez he estado a punto de besar el suelo, pero no fue por esto. Esos perros tan bien educaditos que corren sueltos a su libre albedrío, te persiguen y ladran mientras sus dueños te echan el humo de sus cigarrillos tampoco fue la causa, y los baches y zanjas ni los nombro, ya sabemos donde están de memoria. El lunes había un grupo de chavalitos haciendo series de 100 ó 200 metros, en sentido contrario y por el interior, vamos por la calle 1 si estuviera marcado. En fin, yo no soy el tío mas listo del mundo (mas bien al contrario), pero hacer series de 100 metros, en arena, por la zona interior y en dirección contraria al resto de la peñita no me parece la mejor de las ideas. Si un tren sale de Valladolid en sentido Madrid a la velocidad a la que cualquier persona sana se hace un 100 liso y a su vez otro sale de Madrid sentido Valladolid al trote dominguero, lo que ocurre cuando se encuentren lo sabemos todos, y además el peor parado siempre será el mas lento.

Al margen de la anécdota, ayer tocó trote recuperatorio, descansos activos lo llaman ahora en los círculos del saber. Cuando me toca correr a cualquier ritmo para soltar, me gusta hacerlo cerca de casa y entre todos los posibles caminos, siempre acabo escogiendo este que pongo a la derecha. Salgo de Salinetas (en la zona industrial, parte baja de la foto) y voy pasando por la playa de Salinetas, Melenara, Muelle de Taliarte, playa del Hombre, Hoya del Pozo y La Garita, ahi doy media vuelta y regreso. Es un trayecto muy completo, subidas y bajadas suaves, pocos tramos completamente rectos y viento en contra a la ida y a favor a la vuelta. En total son 9 kilómetros y pocos metros y obviamente se puede alargar lo que se quiera (subiendo a Ikea o callejeando por el polígono industrial a la llegada). Eso si, entre el viento (constante e intenso, sobretodo en verano), las subidas y bajadas y algún tramo de escaleras, puede ser un pelín rompe-piernas.

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